POR FRANK ÁVILA
IberoNews.- De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Latinoamérica y el Caribe producen al año aproximadamente 216 millones de toneladas de residuos sólidos municipales, de los cuales se reciclan menos del 5%. De estos residuos sólidos para el reciclaje en Latinoamérica, el portal “Residuos Profesionales”, señala que el 52% corresponde a residuos orgánicos, 19% son materiales con gran potencial de ser reciclados, como papel, cartón, vidrio y metales; plásticos, el 12%, y el resto (17%) son otro tipo de residuos.
Una alta generación de residuos sólidos se encuentra en las grandes ciudades, a las que día a día se suman familias provenientes de zonas rurales. Al respecto, la recolección, transporte y disposición final de los desechos sólidos muestran muchas deficiencia. Ya que la mayoría de los países no cuentan con políticas públicas y planes municipales estandarizados para el manejo de los residuos.
Los estudios en el tema señalan que en las ciudades de Latinoamérica se recogen alrededor del 70% de los residuos producidos. Por lo que el resto (30%) se queda en la calles, drenajes, basureros clandestinos y mantos acuíferos, esto es, 64.8 millones de toneladas al año. Más aún, de los residuos sólidos recolectados, el 40% son llevados en vertederos a cielo abierto.
Y hoy, ¿Cómo estamos en reciclaje en Latinoamérica?
Desafortunadamente, hoy en día, tanto en las zonas urbanas como rurales en Latinoamérica se otorga mayor atención a la prestación de otros servicios. Tales como pavimentación, electricidad y provisión de agua potable, con relación al tratamiento de residuos sólidos.
El punto crítico es que el manejo de residuos sólidos para la municipalidad (RSM) no representa ingresos, y al carecer de sistemas de reciclaje en Latinoamérica, las administraciones no recuperan la inversión de los recursos enfocados en las tareas de recolección. Además, las comunidades de bajos ingresos son las que más frecuentemente carecen del servicio de recolección de residuos.
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La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) señala que, únicamente, el 4% de los residuos sólidos urbanos se reciclan, contrario al porcentaje observado en países desarrollados, en los que alcanza hasta el 20%.
En muchos países de América Latina las labores de reciclaje las realizan personas indigentes que por su propia cuenta se dan a la tarea de recuperar desechos sólidos mismos que venden en negocios específicos, que a su vez se encargan de canalizarlos a empresas y lugares que los compran como materias primas baratas.
¿Qué es lo que sí podemos hacer?
La ONU adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, siendo un plan a favor del planeta, que plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); una mejor gestión de los RSM impacta positivamente en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 11 y 12, referentes a Ciudades y Comunidades Sostenibles y, Producción y Consumo Responsable.
Las recomendaciones que plantea el BID son:
- Contar con información y datos de calidad, que permitan a las administraciones municipales medir el impacto de las políticas públicas y de las inversiones en términos de identificar la cantidad de residuos que genera cada habitante, el impacto de reducción con acciones preventivas y de reutilización, así como reducción de vertederos a cielo abierto.
- Establecimiento de programas de economía circular.
- Generación de cambios de comportamiento en productores y consumidores dirigido al consumo responsable.
- Aplicar “leyes de Responsabilidad Extendida del Productor”, implicando que los fabricantes e importadores se hagan cargo de recolectar los desechos sólidos de sus productos al final de la vida útil.
- Asegurar el acceso universal al servicio de recolección, transporte y disposición final de forma continua y con calidad. Y así como mejorar el desempeño operacional, que permita gestionar los riesgos e impactos ambientales y sociales que ocasiona el manejo inadecuado de los residuos.
Para una adecuada gestión de los RSM se debe involucrar a los sectores empresariales, gobierno y sociedad civil, a fin de que, en todas las etapas, desde la productiva, la del consumo, la de recolección y disposición final de los residuos, se realicen con acciones asociadas a la innovación, la tecnología y la eficiencia.
Esto permitirá obtener mejores resultados en cuanto a un impacto positivo respecto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible asociados al reciclaje en Latinoamérica.
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