POR MARLENE GUTIÉRREZ
IberoNews.- La falta de procesos desestandarizados en las aduanas sigue siendo el mayor cuello de botella en el transporte de carga en las carreteras de Centroamérica. Asimismo, la brecha logística se incrementó debido a la paralización de los proyectos de infraestructura vial.
En América Latina y el Caribe (ALC) más de 85% del movimiento doméstico de carga se realiza por carretera. En tanto que en Centroamérica prácticamente la totalidad de los intercambios se lleva a cabo por esta vía. Así lo señala el reporte Logística en América Latina y el Caribe, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La pandemia de Covid-19 redujo la movilidad en la región. Aunque los desafíos siguen siendo los mismos, destacan la intermodalidad y la uniformidad de los procesos aduaneros.
“Hablamos de siete países con proceso desestandarizados y equipos e infraestructura vial diferente”, subraya Paola Benavides, gerente senior de Infraestructura de la consultora EY.
Debido a la crisis, muchos proyectos carreteros se cancelaron o retrasaron. Aunque actualmente ya hay una reactivacion, aún falta mucho por hacer para que éstos se concreten.
Muchos países de la región acumularon déficits fiscales. Como conseuencia, los recursos de preinversión disminuyeron. Esto imposibilitó llevar los proyectos a buen fin, dice Luis Artavia, socio director de Estrategia de la consultora.
A lo anterior se suma el incremento en el costo de desarrollo de infraestructura. La causa fue el encarecimiento de algunas materias primas.
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Pasos de frontera, el cuello de las carreteras de Centroamérica
En ALC se ha avanzado en la facilitación del comercio. Sin embargo, los procesos administrativos y la falta de infraestructura adecuada en los pasos de frontera continúan generando demoras. Esto incrementa los costos logísticos en el comercio internacional. También limita los beneficios de la integración económica de la región, señala el documento del BID.
Los especialistas comentan que la verdadera complejidad está en la uniformidad aduanera de la cual carece la región centroamericana. Este es un problema que hay que abordar de manera regional para contar con una logística eficiente. Además, advierten que la seguridad es un tema que afecta también el paso de frontera.
“Lo que falta es voluntad política. Porque proyectos para desarrollar esa uniformidad hay muchos en la historia de la región”, opina Artavia.
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El sueño de los trenes centroamericanos
El transporte de carga pesado deteriora las carreteras de Centroamérica. Por ende, la intermodalidad de este tipo de transporte sería una excelente estrategia que impactaría en la logística terrestre, enfatiza Benavides.
Al respecto, Artavia añade que la puesta en marcha de un ferrocarril intrarregional rompería con los paradigmas. También cambiaría la situación actual. Sin embargo, dice que estamos lejos de que algo así suceda.
En este sentido, el reporte del BID indica que actualmente existen estudios de prefactibilidad para tres proyectos ferroviarios. Por un lado, está el Tren Eléctrico Limonense de Carga en Costa Rica. Por el otro el Segmento Guatemalteco de Conexión Ferroviaria en Centroamérica. Y finalmente se encuentra el Tren del Pacífico en Centroamérica.
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Priorizar recursos, clave para optimizar la logística terrestre
Ante este panorama, es fundamental que los gobiernos optimicen la infraestructura que están usando para las carreteras de Centroamérica. Además, es preciso que fomenten la participación del sector privado.
Esto abre una gran oportunidad para las asociaciones público privadas (APP). Sin embargo, los países de la región tienen una falencia importante. Se trata de los recursos de preinversión, advierte Artavia.
“Ahora las brechas son tan amplias, que los gobiernos se ven obligados a contar con un plan de inversión más estratégico”, apunta Benavides. Asimismo, dicho plan tiene que ir acompañado de un proceso de fortalecimiento y sostenibilidad en las finanzas públicas.
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