POR HUGO SALVATIERRA
IberoNews.- La cadena de suministro en Centroamérica enfrenta tres grandes problemas. El primero es la necesidad de una mayor integración en fronteras. El segundo se trata de la falta de infraestructura carretera adecuada. Y el tercero tiene que ver con el profesionalismo del sector transporte.
El tiempo requerido para cruzar de un territorio a otro todavía es un desafío, explica Juan Jacobo Alvarado Mancilla. El director Ejecutivo de Cadena de Suministros de Corporación AG dice que esto hace que los costos de traslado sean mucho más altos.
“En países como México o Brasil, los tiempos de punto a punto para distancias similares a las de Centroamérica son mucho más reducidos”, indica.
El directivo de la productora y comercializadora de productos derivados del acero ejemplifica que un flete de Guatemala a Costa Rica tiene un valor de entre 85 y 90 dólares por tonelada.
Esto, debido a los tiempos muertos que implica el tránsito en frontera. En este sentido, calcula que cruzar la frontera entre El Salvador y Guatemala toma 10 horas. Y entre Honduras y El Salvador es de entre 10 y 12 horas.
“Entonces, imagínate para llegar a Costa Rica. Si uno tiene que pasar cuatro fronteras prácticamente te pasas dos días”, argumenta Alvarado Mancilla.
Además, agrega que hay poca homogenización en la reglamentación entre países. El problema ocurre en unificación de pesos, de medidas de las carreteras y de condiciones viales.
También ahonda en que hay tarifas diferenciadas cuando se utiliza un transporte de otro país. Por ejemplo, si una unidad salvadoreña es contratada en Guatemala tiene que cobrar una tarifa 5% menor en comparación con un vehículo local, y viceversa. Como resultado, no hay flotas regionales, sólo por país.
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Tecnología para agilizar la cadena de suministro en Centroamérica
Por fortuna, ya hay avances en sitios como El Salvador y Honduras. Entre estos países ya funciona la integración profunda. Esto implica la conexión de las aduanas y la utilización de tecnología, como formularios precargados. De este modo es posible registrar previamente los números de los camiones, la placa y detectarlos en el sistema una vez que llegan al país de destino.
“Eso se viene pensando desde hace un buen tiempo [para la región], sin embargo, no ha avanzado en la manera que quisiéramos. Eso ayudaría mucho a reducir los tiempos de tránsito entre países”, puntualiza Alvarado Mancilla.
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Mal estado de las carreteras, el reto de logística
Otro problema que enfrenta la cadena de suministro en Centroamérica es el mal estado de las carreteras. Por ejemplo, en el Istmo están diseñadas para transportar pesos inferiores a las capacidades máximas de los vehículos de carga.
“Sin ir tan lejos, en México la misma unidad de transporte puede transportar hasta 10 o 15% de peso adicional. Simple y sencillamente porque las carreteras están diseñadas para soportar mayor peso”, opina el directivo de Corporación AG. Como consecuencia, el costo por kilómetro cuadrado, por unidad o por tonelada es menor.
Además del diseño de las vías, sus condiciones no son las mejores, indica. Esto implica mayores gastos en mantenimiento debido a que las llantas explotan. Incluso, aumenta la frecuencia en la que hay que cambiar los amortiguadores.
Como consecuencia, las unidades deben ir a velocidades más bajas, lo que incrementa los tiempos de entrega.
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Transportistas sin profesionalización
Al hablar de la cadena de suministro en Centroamérica hay que hacer énfasis en la falta de profesionalización del sector trasporte. Además de haber poca legislación en la materia, el gremio de los transportistas no las cumple del todo, analiza Alvarado Mancilla.
Enfatiza que no hay un ente supervisor que revise el buen funcionamiento de las unidades. Puntualiza que en la mayoría de los países no es obligatorio que los transportistas tengan un seguro de daños a terceros. Además, no hay una certificación que avale la capacitación de los pilotos, por lo que sólo necesitan una licencia para trabajar.
A esto hay que agregar que no se cuenta con muchos controles en torno al estado de salud física y psicológica de los conductores. También se debe tomar en cuenta que por los largos tiempos en frontera y tránsito duermen pocas horas.
“Entonces, finalmente, cuando vez que son gente que lleva 30 toneladas conduciendo, entre la unidad y la carga que llevan, el riesgo es altísimo”, advierte el directivo de corporación AG.
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