En los últimos años, el cambio climático se ha convertido en una preocupación global, y Japón no es una excepción, debido a que se enfrenta a desafíos significativos en materia de mitigación y adaptación a este. Sin embargo, como una de las mayores economías mundiales, el país ha asumido un papel de liderazgo en la lucha contra este flagelo no solo adhiriéndose a protocolos internacionales, sino demostrando un compromiso serio para abordar esta problemática a través de la implementación de una serie de políticas y medidas para construir un futuro sostenible.
Un ejemplo es la ciudad de Kitakyushu, ubicada en la isla de Kyushu, en el suroeste de Japón. Debido a que era un lugar altamente industrializado, durante décadas se enfrentó a altos niveles de contaminación, lo que hizo que a partir de la década de 1970 comenzara una lucha frontal para mejorar su calidad ambiental, tal y como se demuestra en el Museo de Medioambiente, que recoge la bitácora desde los inicios de la contaminación hasta convertirse en una ciudad verde.
Junko Akagi, directora de investigación del Instituto para Estudios de Medioambiente Global (IGES por sus siglas en inglés) de Kitakyushu, comenta que desde 2013 se ha comenzado a ver los resultados de la reducción de carbono por lo que se espera que en 2050 puedan declararse como una ciudad con emisiones neutrales de carbono.
Para lograr con los objetivos establecidos, se ha incrementado de forma significativa la generación de energía renovable, como solar y eólica. Además, se han implementado medidas que permiten la mejora de la eficiencia energética en edificios, industrias y transporte. Promueven el uso de vehículos eléctricos y promueven la plantación de árboles en distintos puntos de la ciudad.
Debido al compromiso de su gobierno local, iniciativa privada y sus habitantes en general, el proyecto de convertirse en una ciudad autosostenible y ambientalmente sana ha hecho que Kitakyushu se convierta en un ejemplo para el resto del país.
Un aspecto significativo es que se tiene contemplado invertir cerca de 70 millardos de dólares para respaldar proyectos de descarbonización, adaptación al cambio climático, lo cual permite la investigación en búsqueda de soluciones innovadoras que permitan alcanzar la meta para 2050.
Japón ha adoptado un enfoque de colaboración internacional en su lucha contra el cambio climático. Como anfitrión de la Cumbre del G7 en 2023, el país desempeñó un papel fundamental en el fortalecimiento de los compromisos globales de mitigación y adaptación. Además, participa activamente en foros multilaterales, como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), fue firmante del Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, entre otros. Como parte de su compromiso con el medioambiente, ha aumentado su apoyo financiero a los países en desarrollo “para formular políticas destinadas a construir ciudades bajas en carbono y descarbonizadas, así como para el desarrollo de infraestructura básica y recursos humanos en áreas clave como la energía renovable y la gestión de desastres”, comentó Maki Okusa de la división de Cambio Climática del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
El liderazgo japonés se demuestra en lo referente a la mejora climática, impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono, la producción de hidrógeno y las baterías de próxima generación. Estas innovaciones, no solo beneficiarán al país asiático, sino que al compartirse a nivel internacional, contribuirán en la transición hacia una economía baja en carbono y a aliviar al planeta de la contaminación ambiental.
