Por primera vez en la historia de Internet, una red social procedente de China ha cautivado a los usuarios de Occidente. TikTok se ha convertido en un fenómeno que trasciende las fronteras nacionales, desencadenando una controversia que involucra tanto a Estados Unidos como a China, y penetrando incluso en escenarios políticos y campañas electorales. ¿Qué es exactamente esta plataforma y por qué la rapidez en su adopción parece determinar el éxito político? ¿Cuál es la postura de la izquierda, si es que existe, respecto a TikTok? La plataforma ha generado un intenso debate entre periodistas, analistas internacionales, políticos y empresarios de todo el mundo.
El 6 de agosto, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que estableció un plazo de 90 días para que ByteDance, la empresa china propietaria de TikTok, vendiera sus operaciones en Estados Unidos a una empresa local. Argumentó sus preocupaciones sobre la seguridad nacional. Esta medida refleja la creciente ansiedad del establishment estadounidense ante el avance de China en tecnologías de la información y la comunicación. Así como, su determinación para mantener cierto control sobre la situación.
¿Cómo afecta?
En el mundo de TikTok, fenómenos aparentemente inexplicables para quienes no pertenecen a la “Generación Z”, como el viral del jingle de una publicidad rusa, han inundado los dispositivos móviles de todo el mundo. TikTok se basa en el método de lip sync y en desafíos virales, lo que ha contribuido a su rápida adopción global.
En el ámbito corporativo, empresas como Oracle, Microsoft y Twitter compiten ferozmente por adquirir TikTok. Oracle, favorecida por Trump debido a las relaciones de su dueño con el presidente republicano, ha surgido como una candidata destacada en esta contienda.
TikTok, una plataforma de microvideos, ha cerrado el primer semestre de 2020 con más de 2.000 millones de descargas en todo el mundo. La pandemia ha acelerado el ascenso de esta red social como un fenómeno cultural y social a nivel global, incluso en Latinoamérica.
TikTok ha ingresado en el ámbito político como un conflicto geopolítico y corporativo, así como una expresión del nuevo lenguaje de las masas hiperconectadas. A diferencia de otras plataformas como YouTube e Instagram, TikTok se distingue por su enfoque en videos verticales y un algoritmo agresivo basado en el tiempo de visualización del usuario.
Además, TikTok ha sido utilizado como una herramienta de resistencia política, como se evidenció en el sabotaje coordinado por usuarios indignados por la respuesta policial a las protestas de #BlackLivesMatter en Estados Unidos.
El uso de TikTok en campañas políticas no es exclusivo de Estados Unidos. Por ejemplo, en India, la plataforma fue significativa durante la campaña presidencial, aunque posteriormente fue prohibida junto con otras aplicaciones chinas debido a conflictos geopolíticos.
Tanto Trump como el equipo de campaña de Joe Biden han expresado preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos en TikTok. Aunque Bernie Sanders ha encontrado un espacio personal exitoso en la plataforma gracias a las contribuciones de sus jóvenes seguidores.
La controversia entorno a TikTok se enmarca en un contexto más amplio de rivalidad sino-estadounidense. Este incluye conflictos tecnológicos como el caso de Huawei y la carrera por la dominación en tecnología 5G.
ByteDance, la empresa matriz de TikTok, ha negado repetidamente las acusaciones de excesos en la recopilación de información. Esto lo hace para buscar mejorar su imagen mediante la contratación de expertos y la apertura de centros de transparencia en Estados Unidos.
TikTok ha surgido como un fenómeno global que trasciende las fronteras políticas y culturales. Genera controversias y desafíos tanto en el ámbito corporativo como en el político. Su rápido ascenso ha puesto de manifiesto la importancia de la adaptación a los cambios en el mercado digital. Ser el primero puede ser más importante que ser el mejor, como destacó Al Ries, el creador del concepto de posicionamiento.
