OPINIÓN / ENRIQUE GALDÁMEZ *
La transformación digital es un proceso que cada vez toca más áreas de nuestra vida cotidiana. Se estima que en los últimos 10 años, el uso diario de internet aumentó un 13%. En 2022, el usuario promedio dedica 6 horas y 58 minutos de su día a conectarse a internet para llevar a cabo actividades de manera digital, estando entre las más comunes buscar información, estar en contacto con familiares y amigos; y mantenerse actualizado sobre noticias y eventos (We Are Social, 2022). En países latinoamericanos como Brasil y Colombia, este dato asciende hasta 10 horas diarias.
El sector financiero no ha sido excluido de esta tendencia, con un fuerte crecimiento de la banca digital. En Estados Unidos, por ejemplo, se reporta que el 89% de los bancos han impulsado ya una estrategia de transformación digital (Cornerstone Advisors, 2022). La industria fintech – empresas que se dedican a ofrecer o transformar productos financieros basándose en tecnología – se está perfilando también como un importante actor a nivel global. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reporta un crecimiento del 112% en el sector en la región entre el 2018 y 2022, con alrededor de 2,400 empresas activas. Además, EY estima que la adopción global de productos fintech creció del 15% al 66% entre 2015 y 2019.
Entre las razones principales detrás de ello se identifica la fuerte demanda de servicios digitales por parte de poblaciones jóvenes. El estudio Digital 2022 indica que las personas entre 25 y 34 años utilizan el internet diariamente un 38% más que las personas entre 55 y 64 años, estando cada vez más acostumbrados a realizar actividades cotidianas de manera digital. Este es un dato de especial importancia en regiones como Latinoamérica, la segunda en el mundo con la población más joven después de África, con una edad promedio de 30 años de acuerdo con estimaciones de la ONU. Factores como la pandemia han impulsado también la transformación digital del sector financiero. En Guatemala, por ejemplo, el 52% de las fintechs afirma que ésta tuvo un impacto positivo sobre sus proyecciones de crecimiento en usuarios.
Un segmento que está cobrando bastante relevancia en la trasformación digital del sector financiero es la neobanca, entidades financieras con licencia bancaria propia o que utilizan la de un tercero para ofrecer productos de manera 100% digital. En otras palabras, los neobancos son organizaciones sin agencias físicas, cuya atención, desde la apertura de una cuenta bancaria hasta el servicio al cliente, es completamente a través de dispositivos electrónicos. El BID reporta que este segmento es el de mayor expansión en la industria fintech de Latinoamérica, con 60 neobancos activos al 2021 y una tasa de crecimiento interanual del 57% entre 2017 y 2021.
Entre los beneficios que estas organizaciones generan se encuentra la reducción de los costos de operación (que normalmente se cobran a los clientes) al no contar con agencias físicas. También una reducción de la fricción en la interacción con el cliente, al tener procesos de vinculación y comunicación sencillos e intuitivos, características que encontramos en productos digitales de otras industrias como Facebook o Uber. Por último, una reducción de los costos de transporte y barreras de entrada al sistema financiero, democratizando el acceso al mundo financiero en la palma de nuestras manos. Por ejemplo, un estudio identificó que en India, la población pierde más de US$2,000 millones al año en ingresos simplemente por el costo que implica viajar desde y hacia una sucursal bancaria.
Uno de los casos referentes en neobanca en Latinoamérica es Nubank, con operación en Brasil, México y Colombia, reportando a finales de septiembre, haber alcanzado los 70 millones de usuarios. Otro caso relevante es Ualá, con operación en Argentina y anunciando recientemente una expansión a México y Colombia, acumulando a la fecha 5 millones de usuarios. Dentro de la región centroamericana, Guatemala es un país que tiene toda la capacidad de dar el salto a la transformación digital de los servicios financieros y comenzar a abrir brecha en el sector de la neobanca. Con un 56% de su población aún no bancarizada, una penetración de internet del 65% y 1.2 líneas telefónicas por habitante, existe un escenario positivo para impulsar la adopción de servicios financieros a través de dispositivos electrónicos con aplicaciones que ofrezcan servicios que complementen la realización de transferencias o pagos. Los factores de tiempo, movilización y tráfico vehicular pueden ser determinantes para obstaculizar cualquier tipo de operación bancaria y es por ello que los neobancos están resultando ser una solución ágil, moderna y segura para realizar transacciones financieras en muchos países.
* Enrique Galdámez es Director Ejecutivo de Asociación Fintech de Guatemala. Es Licenciado en Ciencias Políticas egresado de la Universidad Francisco Marroquín, con experiencia en gestión de proyectos e investigación. Le apasiona generar comunidad y los proyectos dedicados al intercambio de conocimiento.