OPINIÓN l POR SERGIO GUTIÉRREZ (*)
Aunque las empresas invierten en obtener más datos, no tienen los mejores elementos para aprovecharlos al 100%.
En la actualidad, los datos son la materia prima más codiciada, en un mundo hiperconectado, donde todos quieren tener acceso a un ‘trozo de ese pastel’.
No por nada, sólo en 2021 se invirtieron alrededor de mil 800 millones de dólares en este apartado, con el objetivo de mejorar no sólo la recolección de información, sino su procesamiento.
En el Centro Analítico Latinoamericano de CALA, hemos encontrado que 45% de las organizaciones enfocan sus esfuerzos en tener más información, pero en la mayoría de los casos se quedan cortos en su capacidad de analizarla.
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Data, ¿para qué?
La data de los clientes permite conocerlos, saber cuáles son sus preferencias e ideas, para crear consumidores fieles a la marca, así como productos que sean eficientes y eficaces, lo que termina generando ahorros para una empresa de cualquier tamaño.
Datos del informe “Índice de Madurez Analítica de la región para el año 2022”, que contó con la participación de 500 profesionales de 300 empresas en México, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, realizado por CALA Analytics, han concluido que en los últimos tres años las organizaciones de la región se han mantenido estancadas como “aspirantes analíticos”.
Para tenerlo claro, aunque estas empresas reconocen el valor de la analítica como diferencial y tienen una profunda conciencia frente a la importancia de su uso, no han logrado transitar hacia el punto en el que puedan aprovechar todo su potencial.
Incluso, aunque han invertido más en tecnología y datos durante los últimos tres años, les hace falta avanzar a nivel de personas y procesos.
Muchos datos, poca estrategia
El estudio es contundente, del total de las empresas que cuentan con inversiones en la data, 61% está estancado en una etapa baja o media del aprovechamiento de la información.
Por otra parte, apenas una de cada cuatro compañías emplea alguna metodología analítica o un proceso enfocado a la gestión de datos de manera constante.
Por si fuera poco, 45% de los encuestados señalaron que aún no definen el proceso o la gestión para sacarle jugo a los datos, ya sea por desinformación, o bien, porque no lo creen necesario para la etapa en la que está la empresa.
Este resultado seguramente ocurre como consecuencia de las innumerables innovaciones que han surgido tras la pandemia, pues las empresas se han enfocado en adquirir tecnología y datos buscando estar a la par del mercado, más allá de si es o no lo que realmente necesitan.
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Las empresas son conscientes de los beneficios que puede generar una transformación digital, así como el análisis de datos, pero todavía no tienen todas las herramientas necesarias para detonar su potencial.
Sin tecnología es más complicado
Un poco más de la mitad de los participantes en el estudio admiten que no tienen ningún elemento que les permita incrementar sus capacidades tecnológicas y analíticas.
Todo esto, probablemente provocado por la falta de una estrategia de datos alineada a la estrategia de negocios, que les indique a las organizaciones que necesitan realmente adquirir.
Hay muchos caminos por recorrer, pero uno de los más eficientes es un proceso de cuatro fases:
- La primera de ellas es el descubrimiento, es decir, la valoración inicial de cada organización.
- El segundo paso se concentra en un “clavado” (deep dive), que no es otra cosa que entender a cada negocio y revisar su visión analítica.
- Después se procede al diseño de una solución.
- Finalmente viene su implementación.
Los datos no son el futuro, son el presente, pero tener mucha información no garantiza el éxito. La diferencia está en cómo aprovechamos los recursos a nuestro alcance.
(*) Sergio Gutiérrez es director ejecutivo de CALA Analytics.
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