El uso del agua en el mundo ha ido aumentando aproximadamente 1% al año en al menos las últimas cuatro décadas. Y podría aumentar un 40% para el 2030, debido a una mezcla de factores relacionados con el cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico, según informes de las Naciones Unidas.
El agua dulce, que es la que se utiliza para el consumo humano y para las actividades económicas en general. Solo representa el 2.5% del total que existe en la tierra.
“Cuando se mira el panorama con más detalle, podemos ver que la industria consume el 20% del agua dulce a nivel mundial. Los diferentes sectores industriales utilizan este recurso, en menor o mayor cantidad, en sus procesos productivos desde la fabricación, transformación, limpieza, mantenimiento hasta el consumo”. Reconoció Lady Campos, gerente de Desarrollo de Negocios para Centroamérica.
Hace 7 años, las Naciones Unidas inauguró el Decenio de Acción para el Agua. Con el propósito de promover la adopción de medidas que ayuden a transformar la manera que se gestiona el agua. A 3 años de cumplirse ese periodo de 10 años, aún falta un camino por recorrer para que todos estén en sintonía con una gestión integral del recurso hídrico.
Uno de los enfoques sostenibles para avanzar en estos objetivos es la circularidad del agua. Una práctica basada en la reutilización y reciclaje de los recursos hídricos para mitigar la escasez de este líquido.
“Con esta metodología se puede enfrentar la escasez hídrica, al minimizar la extracción de agua dulce y reducir la descarga de aguas residuales. La industria puede captar el agua de lluvia, reutilizar las aguas grises y reciclar las aguas residuales, lo que mejora la eficiencia operativa y contribuye a un futuro más sostenible”, explicó la experta de Schneider Electric.
La implementación de tecnologías y prácticas que optimicen el uso del agua en los procesos industriales, como su reutilización, la instalación de equipos más eficientes y la optimización de los procesos de producción permiten reducir el consumo de este recurso. Asimismo, la aplicación de sistemas de monitoreo en tiempo real y de gestión de datos, son claves para identificar oportunidades de mejora y toma de decisiones informadas para optimizar su uso.
Por otro lado, al tratar adecuadamente las aguas residuales que se generan en los procesos industriales se eliminan los contaminantes y se devuelve el agua tratada al medio ambiente de forma segura.
La circularidad del agua tiene un componente ambiental y uno económico. Al minimizar la extracción de agua dulce y reducir la descarga de las residuales. La industria está ayudando a conservar los recursos hídricos y a mantener el equilibrio ecológico. Mientras que, al reutilizarla y reciclarla, esta puede tiene ahorros significativos.
“En Schneider Electric apostamos por la gestión eficiente de este recurso, a través de tecnologías avanzadas como EcoStruxure. Nuestra plataforma IoT integra hardware, software y servicios para optimizar la gestión del agua. De esta manera, la industria puede monitorear en tiempo real el consumo, la calidad del agua y el estado de las infraestructuras. Pero, además, emplea Inteligencia Artificial y Machine Learning para analiza los datos recopilados y predecir posibles problemas de fugas. Así como contaminación o interrupciones en el suministro”, detalló Lady Campos.
En la transición eficiente de la industria hacia la circularidad del agua, la Inteligencia Artificial desempeña un papel crucial mediante la aplicación de estrategias. Como la optimización del diseño de productos y el análisis de su ciclo de vida, la gestión de residuos y la optimización de la cadena de suministro.
En Centroamérica, muchas industrias están aplicando la circularidad del agua en sus procesos. Con la creciente apuesta por la sostenibilidad, la adopción de esta práctica podría aumentar en los próximos años en la región. Sobre todo, en la industria de bebidas, el sector agroindustrial y en el tratamiento de aguas residuales.
También puedes leer: Cómo hacer una imagen en tendencia con ChatGPT