Ubicado a 12,300 kilómetros de distancia de Guatemala, Japón ha sido parte de nuestra historia y no solo por los 89 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, sino por la información sobre su milenaria historia y tradiciones que hemos recibido de tan lejano lugar. Siempre hemos escuchado sobre la disciplina y resiliencia japonesa. Sin embargo, no es lo mismo leerlo o escucharlo de los viajeros que se han animado a atravesar el Océano Pacífico, que vivirlo de primera mano y entender por qué se encuentran entre las primeras cinco potencias del mundo. Son lecciones que en nuestra parte del mundo se pueden aprender y poner en práctica en la búsqueda de inspiración para nuestro crecimiento y desarrollo tanto personal como social, pero, sin perder nuestra esencia cultural.
Respeto al tiempo de los demás.
En Japón la puntualidad es uno de los principios más arraigados de su sociedad y se considera una falta de respeto llegar tarde. Esto es una muestra que se la da a la responsabilidad y los compromisos adquiridos. Esto puede representar un choque cultural para las personas que mantienen una pelea permanente contra el tiempo.
Respeto a la Historia.
Uno de los principales atractivos de este país es su milenaria historia, la cual se ha conservado y transmitido de generación en generación debido al amor y respeto por el pasado que tienen. Es evidente que valoran su patrimonio cultural y se esfuerzan en preservarlo. Esto se refleja en su arquitectura, festivales, artes y costumbres. Incluso la entrada a los museos es gratuita, lo que permite a nacionales y extranjeros aprender un poco más de su cultura.
Limpieza.
El país se caracteriza por su apariencia limpia y ordenada, tanto en espacios públicos como privados. Sus ciudadanos consideran la limpieza como una responsabilidad individual y colectiva, la cual promueven desde los primeros años de vida. Aprender sobre el cuidado por el medio ambiente y el entorno es uno de los aspectos más importantes para su diario vivir.
Disciplina.
Para los japoneses es deber cumplir con las normas y regulaciones establecidas. Desde la niñez aprenden que la dedicación y el esfuerzo que ponen en sus tareas tiene un impacto en su vida diaria, tanto en el ámbito académico como en el laboral. De esta forma, logran alcanzar eficiencia y excelencia en diferentes áreas y mejorar su productividad.
Perdón y reconciliación.
A pesar de los conflictos y las dificultades históricas que ha enfrentado, Japón es conocido por su capacidad de dejar los rencores en el pasado y buscar la reconciliación. Este aspecto ha contribuido a la construcción de una sociedad pacífica y armoniosa. Es importante reconocer que aprender a perdonar y dejar atrás los resentimientos es fundamental para el bienestar emocional y la construcción de relaciones saludables. Perdonar no es olvidar si no simplemente crecer de las cenizas y evitar cometer los errores del pasado.
Resiliencia.
A pesar de las adversidades, han demostrado una notable resiliencia para enfrentar y superar estos desafíos. Esta se basa en la capacidad de adaptación y en la fortaleza emocional para superar los desafíos.
Responsabilidad.
Los japoneses entienden que su bienestar individual está vinculado al bienestar de la comunidad en general, por eso desde pequeños se le da importancia a aprender sobre la responsabilidad de sus propias acciones y decisiones, así como sobre la forma en la que pueden impactar a los demás.
Cultura de respeto y armonía.
El respeto a los demás y a las normas sociales es una parte integral de la vida cotidiana en Japón. Su cultura promueve el respeto mutuo y la armonía social. Debido a que valoran la convivencia pacífica, se esfuerzan por mantener un ambiente seguro y tranquilo.
Educación Vial.
Los automovilistas japoneses respetan los semáforos, las señales de tránsito y ceden el paso a los peatones. Esta educación Al darle importancia a la seguridad y el bienestar de los peatones, los automovilistas les ceden el paso y respetan los cruces destinados para ellos. Los peatones respetan también las señales de tránsito, mientras las ciudades japonesas estimulan la cultura peatonal con amplias aceras, cruces bien señalizados y espacios seguros.
Inclusión.
Este país asiático ha implementado medidas para garantizar la accesibilidad física en espacios públicos y edificios. Las ciudades japonesas cuentan con rampas, ascensores, pasamanos y baños accesibles para personas con movilidad reducida. En el caso de los no videntes cuentan con elementos táctiles en todas las aceras y en las estaciones de metro para ayudarles a movilizarse de manera autónoma. Además, ha desarrollado varias soluciones tecnológicas para facilitar su inclusión en la sociedad.
Fuentes:
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