Los años de crédito barato terminan en República Dominicana

El movimiento de las tasas ha generado un incremento del retorno demandado de los títulos de deuda de países emergentes, incluyendo a República Dominicana. Foto de Towfiqu barbhuiya en Unsplash

OPINIÓN / MIGUEL COLLADO DI FRANCO *
Durante el siglo XXI el gobierno dominicano ha operado por encima de sus posibilidades financieras, de sus ingresos, en todos menos un año. El año 2007 ha sido el único en cerrar con una cifra positiva, sin déficit fiscal. Desde el año 2008, República Dominicana ha mantenido déficits fiscales consecutivos y se ha beneficiado de tipos de interés muy bajos a nivel internacional. Con la crisis financiera internacional inició un periodo de expansión monetaria internacional impulsada por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) que ha permitido el aumento en las emisiones de deuda pública y privada. Sin embargo, el entorno internacional ya está cambiando.

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Emitir deuda es más costoso ahora

Cuando los tipos de interés son artificialmente bajos, y la liquidez de los mercados es alta, los inversores no son tan estrictos al momento de evaluar sus inversiones. Sin embargo, cuando la política monetaria cambia así lo hace el perfil de los inversores, combinado con el aumento en los rendimientos de los títulos de deuda ante las condiciones monetarias menos laxas.

En ese sentido, se espera que en 2022 la tasa de política monetaria de la FED termine en 3.5%, un nivel observado por última vez en el año 2008. La tasa de la FED deberá estar aún más alta en el año 2023, por lo que los rendimientos de los bonos mantendrán niveles superiores a los actuales. Los rendimientos de los bonos de referencia de Estados Unidos han empezado a acelerar su incremento desde marzo, cuando se produjeron los cambios en la política monetaria de la Reserva Federal, tanto en su tasa de referencia como en la reducción de su balance de activos formado principalmente por títulos del Departamento del Tesoro norteamericano.

La tasa de política monetaria de la FED presenta un nivel no observado desde el año 2008

El movimiento de las tasas ha generado un incremento del retorno demandado de los títulos de deuda de países emergentes, incluyendo a República Dominicana. El riesgo de economías con debilidades, particularmente en el aspecto de las finanzas públicas, empieza a aumentar. Por tal motivo, el indicador de bonos de mercados emergentes, EMBI, presenta niveles superiores a los de 2021.

Aumenta el riesgo soberano de los países emergentes

En efecto, emitir deuda del Estado dominicano, ha ido aumentando en este año, tal como se puede ver en la siguiente tabla. Dependiendo del plazo, los rendimientos demandados para bonos y letras han aumentado hasta un 71%. Los bonos soberanos emitidos a mediados de febrero pasado ya estaban reflejando el incremento demandado por los mercados ante mayor riesgo. A pesar de ese mayor cupón para emitirlos, las variaciones del mercado de deuda desde entonces señalan que esas emisiones son 17% o 20% más caras ahora.

Encarecimiento de las emisiones de deuda pública de República Dominicana

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Política fiscal expansiva conlleva riesgos

Mantener una política fiscal expansiva, sustentada en endeudamiento público, conlleva riesgos y costos. Aunque las autoridades realizaron una política positiva de manejo de pasivos en 2021, los compromisos de la deuda pesan sobre los ingresos. A junio, el GIIT o indicador de gasto en intereses sobre ingresos tributarios de CREES señala que el 24.8% de las recaudaciones de impuestos se habían usado para pagar los intereses de la deuda. En julio de 2020 la deuda neta (luego del pago de amortización) del SPNF era US$40,422 millones y pasó a US$51,804 millones en junio de este año, un incremento de 28%.

A junio de 2022 la relación gasto en intereses sobre ingresos tributarios ascendía a 24.8%

Entre el año 1990 y el 2000 la prudencia fiscal permitió reducir la deuda pública de República Dominicana, mientras que los déficits de los últimos 22 años han incrementado el monto de la deuda

Por efecto de los subsidios de precios y por mayores transferencias corrientes a las distribuidoras de electricidad estatales, el gasto será superior al presupuestado para 2022. El incremento en los montos otorgados vía subsidios existentes y la creación de nuevas transferencias públicas no ha estado acompañado de ahorros que conduzcan a la consolidación fiscal que pudo haber iniciado en 2021. Como consecuencia, el déficit de 2022 podría ser cercano al 4% del PIB, de acuerdo con nuestros estimados.

El resultado de las recaudaciones impositivas permitió que en 2021 se redujera el balance deficitario en comparación con el año 2020. Los ingresos tributarios aumentaron más de 32% en 2021 ayudados por la Ley de transparencia y revalorización patrimonial, por adelantos de impuestos y por el efecto de la inflación de precios. En 2022, los ingresos tributarios podrían ser 45% superiores a los del año 2020 por el efecto de dicha ley, pero principalmente por la inflación. El aumento de los precios ha beneficiado al gobierno dominicano. Como resultado del aumento de los precios, las bases del ITBIS, los aranceles y los selectivos han aumento en los últimos dos años. Mantener sin indexar por inflación a los tramos de ingresos a los cuales se les aplica el impuesto sobre la renta a las personas físicas, también ha incrementado las recaudaciones por este sentido.

El aumento en los impuestos recaudados está sustentado sobre una base transitoria. Una vez que empiecen a tener efecto las medidas monetarias locales e internacionales sobre los precios, las bases impositivas dejarán de incrementarse al mismo ritmo y algunas sufrirán una contracción, como el caso de los hidrocarburos.

En 2021 las autoridades pudieron aprovechar el capital político, el clima de confianza por la recuperación económica y la coyuntura internacional del último año de tasas bajas para realizar una reforma fiscal integral genuina y ya probada anteriormente en el país. Una reforma para simplificar el sistema tributario reduciendo los incentivos actuales al incumplimiento y la informalidad.

Dicha reforma pudo haber ayudado con la recuperación económica al reducir costos internos con un sistema tributario más simple, menos oneroso y más equitativo. Por otro lado, pudo haber contribuido a la consolidación de las finanzas públicas por el aumento de las bases tributarias que pudieron ser ampliadas con menores tasas impositivas, lo cual habría resultado en mayores recaudaciones. Sin embargo, los ingresos están apoyándose en factores coyunturales y no en el fortalecimiento de los fundamentos del sistema tributario; lo cual, unido a mayor gasto, dificultará la consolidación tributaria y seguirá aumentando la deuda, por vía de consecuencia.

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Consideraciones finales para República Dominicana

La última generación de dominicanos no ha visto a un solo gobierno operar bajo responsabilidad fiscal. Los dominicanos hemos presenciado cómo, de forma constante, incrementa la deuda pública.

Los años de crédito barato se terminan, pero la política fiscal expansiva continúa. La realidad impone control del gasto y reducir el endeudamiento público. Toda consolidación fiscal exitosa y sostenible en el tiempo requiere control del gasto.

De la misma forma que estamos asistiendo a un cambio en la impunidad ante delitos de corrupción, el fortalecimiento institucional debería extenderse hacia el manejo de las finanzas públicas de República Dominicana. Un país que se maneja con apego a normas prudentes crea bases para el desarrollo sostenible, en todos los sentidos. Mayor ahorro, menores tasas de interés, menores costos tributarios y menor riesgo país, son algunos de los beneficios de la disciplina fiscal.

Con la finalidad de tener mayor fortaleza institucional, es prudente implementar una Ley de Responsabilidad Fiscal con reglas claras y efectivas, y penalidades ante su incumplimiento; así como una reforma tributaria como la mencionada. Las reglas fiscales incluidas en la Ley de Responsabilidad Fiscal deberán comprometer a las autoridades a mantener resultados fiscales equilibrados y alcanzar ahorros para la reducción de los pasivos del Estado, tanto del sector público no financiero como del Banco Central de la República Dominicana. Esta debería ser una meta institucional clave para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y evitar posibles desequilibrios macroeconómicos mayores en el futuro.

* Miguel Collado Di Franco es Vicepresidente Ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES)

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