POR FRANK AVILA
IberoNews.- La era digital, en particular las redes sociales, han permitido desenmascarar un problema en las empresas que, si bien no es nuevo, está prendiendo las alertas en las organizaciones. Hablamos del acoso sexual.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) apunta que éste se expresa en comentarios sexuales sobre las partes del cuerpo o la apariencia de una persona, silbidos mientras pasa una mujer o una niña, exigencia de favores sexuales, miradas sexuales sugestivas, persecución, asecho o exposición de órganos sexuales a otra persona.
Incluye también formas físicas de contacto como acercarse a otra persona… agarrándola, pellizcándola, dándole palmadas o frotándose de una forma sexual.
El acoso sexual constituye una violación a los derechos humanos, y en el ámbito laboral acarrea consecuencias negativas no sólo a la persona que lo padece, sino también a la empresa o centro de trabajo.
Cifras que impactan
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) identifica el acoso sexual como una manifestación de discriminación de género, ya que, si bien hombres y mujeres se encuentran expuestos a ello, las estadísticas reflejan que en su mayoría son las mujeres las que lo padecen, prioritariamente en el ámbito del trabajo remunerado.
De acuerdo con un estudio realizado por la Fundación Thompson Reuters, la tercera parte de las mujeres pertenecientes a los países que conforman el G-20 han padecido acoso sexual en el entorno laboral.
Y un dato más: sólo 4 de cada 10 víctimas hacen de conocimiento de estos hechos ilícitos, aunque esto no significa que las autoridades en el ámbito laboral tomen decididamente cartas en el asunto.
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El 82 % de mujeres parlamentarias que participaron en un estudio en 39 países de 5 regiones en el mundo, en el año 2016, señalaron que habían experimentado comentarios, gestos e imágenes de índole sexual, sexista o humillante contra ellas o amenazas y/o acoso sexual.
De manera particular, mujeres de México, Brasil y Argentina señalan el acoso sexual en sus espacios de trabajo como una de las principales problemáticas cotidianas con las que tienen que lidiar.
¿De qué manera se muestra?
El acoso sexual es un ejercicio de poder, dirigido a dominar a la otra persona y obtener beneficios de índole sexual. En el entorno laboral, se utiliza para condicionar a la víctima en la obtención de mejoras tales como promociones o aumento de sueldo, permisos, ampliación de prestaciones o la simple permanencia en el empleo.
En todo caso, tiene componentes de humillación e intimidación hacia la víctima. Para que una conducta sexual sea considerada como acoso sexual, debe ser “no bienvenida” por la parte receptora, es decir, no aceptada, ya que muchas veces se tolera por la persona que la recibe, a causa de las consecuencias negativas que pudiera tener en caso de denuncia.
¿Dónde suele tener lugar el acoso sexual?
De acuerdo con el Convenio sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, se reconoce el acoso sexual en el ámbito laboral cuando:
a) Se manifieste en los espacios públicos y privados en un lugar de trabajo designado.
b) En los lugares donde se paga al trabajador/a, toma un descanso o donde come, o en los que utiliza instalaciones sanitarias o de aseo, y vestuarios.
c) En los desplazamientos, viajes, eventos o actividades sociales o de formación relacionados con el trabajo.
d) En el entorno del uso de las tecnologías de la información y comunicación relacionadas con el empleo que desempeña a causa de intercambios para llevar a cabo sus responsabilidades.
e) En el alojamiento proporcionado por el empleador, y f) en los trayectos entre el domicilio y el lugar de trabajo.
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Consecuencias en las empresas
La víctima de acoso sexual suele tener disminución de la motivación para acudir a su centro de trabajo, estrés, depresión, ansiedad, miedo, aislamiento, deterioro de las relaciones sociales, riesgo de pérdida del trabajo, falta de concentración en el trabajo y aumento de accidentes.
Para las empresas y empleadores: ausentismo, alta rotación innecesaria, desmotivación en el personal femenino, dificultades en el trabajo en equipo, clima laboral áspero, disminución de la productividad, erogaciones a causa de indemnizaciones.
El acoso sexual en el entorno empresarial es una problemática hoy día reconocida a nivel mundial que debe ser atendida, estableciendo mecanismos internos de prevención, sanción y erradicación, de acuerdo con los especialistas.
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