Quema del diablo : ¿cuál es la tradición del 7 de diciembre en Guatemala?

La Quema del Diablo es una festividad familiar como inicio y preparación para la Navidad. | Fuente: Guatemala.com

Los diablos tiene diferentes tamaños, pero todos tienen cuernos rojos puntiagudos, una barba de papel de seda negra y un pequeño tenedor en la mano. Lo rodean varias ramas y periódicos, que cubren de las botas negras del diablo. Empieza la cuenta regresiva: 10, 9, 8… y comienza la Quema del Diablo.

Arranca cuando la llama de un fósforo toca el papel y los residuos secos que lo cubren. Las familia aplauden y gritan mientras el diablo se derrumba y continúa ardiendo.

Cada 7 de diciembre a las 6:00 p.m. en punto, los guatemaltecos “queman al diablo”, encendiendo hogueras fuera de sus hogares para conmemorar la ocasión. La tradición tiene un significado especial en la Ciudad de Guatemala. Esto debido a su asociación con la Fiesta de la Inmaculada Concepción, que honra a la santa patrona de la ciudad.

Según una nota de El Tiempo, la proclamación del 8 de diciembre es conocido como el día de la Inmaculada Concepción. Es por eso que “las personas se congregan para encender luces, velitas y faroles. Esto para rendirle homenaje y celebrar la noticia de la concepción de la Virgen María”.

La Quema del Diablo se realiza el 7 de diciembre. | Fuente: Nuestro Diario

Pero, ¿de dónde proviene la tradición y cómo está cambiando?
Los orígenes de la quema del diablo se remontan a la época colonial, cuando era común que las personas encendieran linternas o, para aquellos con menos recursos, hogueras fuera de sus hogares para celebrar ocasiones especiales.

Los católicos le dan el significado de “quemar lo malo” para empezar la preparación para de la época navideña, que se centra en el Nacimiento de Dios. Se saca todo lo viejo, lo que no sirve y lo que no aporta, para empezar más puros en esta época.

En el monasterio de Santo Domingo en Antigua, una tradición anual es quemar una figura del diablo en el Día del Rosario a finales de octubre. A medida que los sacerdotes locales empezaron a poner más énfasis en el triunfo de la Virgen sobre el mal, la celebración se trasladó a diciembre para coincidir con la Fiesta de la Inmaculada Concepción.

Muchos creían que el diablo acechaba en el hogar, agazapado detrás de los muebles, escondido debajo de la cama o camuflado en montones de basura. Para limpiar sus hogares del mal en la noche antes de la fiesta, los guatemaltecos quemaban su basura en la víspera de la festividad.

La incorporación de piñatas con forma de diablo es un fenómeno más reciente

En la zona 1, en el centro histórico de la ciudad, los vendedores recorren las calles vendiendo cuernos de diablo y cuetes. Los festejantes (muchos de los cuales van vestidos como diablos) se dirigen por la Sexta Avenida, deteniéndose en las calles laterales para añadir trozos de papel a las hogueras a medida que avanzan. Muchos continúan hacia el Parque Central, con su catedral barroca e imponente Palacio Nacional, para ver los fuegos artificiales explotar contra el ahumado cielo nocturno.

En Guatemala, un estimado de 500 mil hogueras participan solamente en la ciudad de Guatemala.

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