El 2 de junio se eligieron en México más de 20 mil cargos a nivel federal y local. Los resultados del Instituto Nacional Electoral (INE) muestran que 60% de los votantes eligió a la candidata Claudia Sheinbaum Pardo como primera presidenta, con un amplio margen de victoria. La coalición gobernante obtiene seis gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Probablemente logre la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y la mayoría absoluta en el Senado de la República.
En el panorama político y económico actual, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destaca la oportunidad histórica que tiene esta nueva administración para atraer y generar mayor progreso y desarrollo para el país. En octubre, México tendrá a su primera presidenta y se sumarán cuatro mujeres al mapa de gubernaturas —Ciudad de México, Guanajuato, Morelos y Veracruz—, lo que resultará en un total de 13 mujeres al frente de una entidad.
Los resultados marcan un cambio de paradigma en la representación política de las mujeres. Con el fin de aprovechar al máximo esta oportunidad histórica depositada en la doctora Sheinbaum, se hace indispensable una agenda de género con perspectiva de competitividad. Que la primera presidenta considere impulsar la educación de las niñas, implementar jornadas escolares ampliadas para reducir la desigualdad educativa y fomentar una mayor participación de mujeres en el mercado laboral. Así como, mejorar la calidad del empleo de las mujeres, transparentar y rendir cuentas del presupuesto etiquetado para la igualdad sustantiva, y fortalecer el Instituto Nacional de las Mujeres y sus equivalentes a nivel estatal.
Además, de ser un país más inclusivo, México necesita generar oportunidades para fomentar mayores niveles de bienestar social y desarrollo regional.
Para lograrlo, estos son los temas pendientes por atender:
Generar desarrollo en el sur-sureste.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal (ICE), el desarrollo económico del sur se mantiene como un reto estructural para el país. Por lo que será crucial crear las condiciones para trasladar el impacto económico de los proyectos estratégicos de infraestructura al bienestar de las familias.
Promover una agenda inclusiva a nivel político y social desde un sistema universal de seguridad social.
El diseño de políticas públicas para construir un sistema de retiro es fundamental para garantizar que las personas dispongan de esquemas de ahorro privado, recursos suficientes y acceso a servicios públicos para satisfacer sus derechos de salud, educación y vivienda.
Mejorar la calidad del acceso y prestación del servicio público de salud.
Garantizar la compra eficiente de medicamentos e insumos para asegurar su abasto efectivo, aumentar la cobertura de vacunación. Para ello, se requiere generar condiciones favorables para aumentar la disponibilidad del personal médico especializado y de salud.
Priorizar la educación como una herramienta para la movilidad social.
Apostar por un sistema educativo que promueva un mayor acceso y mejor calidad de la educación para la niñez y juventud en el país. Es necesario fomentar la recopilación de datos educativos y priorizar la generación de evidencia para tomar decisiones informadas.
Preservar el poder adquisitivo de los mexicanos.
Es fundamental, que la agenda de derechos laborales que se ha logrado, y que incrementó los salarios, esté acompañada de políticas monetaria y fiscal que preserven el poder adquisitivo de las familias, controle la inflación y el endeudamiento público.
Facilitar la cooperación entre los sectores público y privado para mejorar el acceso y la calidad de la infraestructura del país.
El impulso a la inversión privada es necesario en la agenda energética. Particularmente, para acelerar la transición hacia fuentes de generación limpia y renovable, así como para garantizar el abastecimiento de agua. Mejorar la calidad y disponibilidad de la infraestructura multimodal creará condiciones de bienestar más incluyentes.
Demostrar un compromiso con la democracia y el fortalecimiento del Estado de Derecho.
Es necesario realizar cambios institucionales para enfrentar los altos niveles de impunidad y garantizar la pluralidad política en los espacios de discusión pública.
Con la nueva presidenta, México tiene la oportunidad de ser un país más competitivo. Es importante aprovechar este momento para fomentar el diálogo, construir consensos y trabajar hacia un país más próspero, incluyente y justo.