Los terremotos, una de las manifestaciones geológicas más impactantes de la Tierra, continúan asombrando a la humanidad. La imprevisibilidad de estos eventos hace que la tierra tiemble repentinamente, con consecuencias potencialmente devastadoras. Estos fenómenos son una realidad constante en nuestro planeta, ocurriendo en algún lugar del mundo cada hora, todos los días.
¿Por qué tiembla?
Se originan por el lento movimiento de las placas tectónicas, que generan tensiones en la corteza terrestre y el manto superior. Con el tiempo, estas tensiones alcanzan un punto crítico y se liberan en forma de temblores, capaces de desplazar grandes bloques de la superficie terrestre.
La mayoría de los temblores son tan pequeños que pasan desapercibidos para los seres humanos, pero ocasionalmente se producen eventos catastróficos.
La mayor concentración de terremotos, cerca del 80%, ocurre en las costas del océano Pacífico, una región conocida como el “Anillo de Fuego” debido a su alta actividad volcánica. Estos eventos se desencadenan principalmente en zonas sísmicas o a lo largo de fallas geológicas, donde las placas tectónicas chocan o se deslizan unas sobre otras.
Estos choques suelen ser gradualmente imperceptibles en la superficie, pero la acumulación de tensión entre las placas puede generar liberaciones repentinas de energía en forma de ondas sísmicas, que viajan a través de las rocas hasta alcanzar la superficie terrestre a cientos de kilómetros de distancia. Además, los terremotos pueden ocurrir en áreas alejadas de las zonas sísmicas cuando las placas se estiran o se comprimen.
Solo en las últimas 24 horas, en Guatemala se registran 18 temblores.
¿Por qué tiembla en Guatemala?
En el caso de Guatemala, el territorio nacional se encuentra en la intersección de tres placas tectónicas principales: Norteamérica, Caribe y Cocos. Los movimientos relativos entre estas placas determinan la topografía del país y la distribución de los terremotos y volcanes. Las interacciones entre la placa de Norteamérica y la del Caribe se manifiestan en la superficie a través de fallas como Chixoy-Polochic y Motagua.
Por otro lado, la interacción entre las placas de Cocos y Caribe es de tipo convergente, donde la Placa de Cocos se sumerge debajo de la Placa del Caribe, proceso conocido como subducción. Este fenómeno genera una gran cantidad de terremotos y la formación de volcanes. El punto de contacto entre estas placas se encuentra aproximadamente a 50 km de las costas del Océano Pacífico. Estos procesos también pueden generar deformaciones adicionales en la Placa del Caribe, dando lugar a fallas secundarias como Jalpatagua, Mixco, Santa Catarina Pinula, entre otras.