El volcán de Agua sigue ardiendo sin dar tregua a los socorristas y habitantes que luchan contra las llamas, después de seis días de intensos esfuerzos. La difícil topografía del terreno y los fuertes vientos en la zona han permitido que el fuego se propague rápidamente, afectando la salud de los combatientes y generando preocupaciones sobre posibles deslizamientos de tierra.
Hasta el día de hoy, 26 de febrero, se ha logrado contener el 60% del incendio en el Volcán de Agua y se ha extinguido el 40%, según fuentes oficiales. Los esfuerzos incluyen 227 vuelos y la descarga de 459,100 galones de agua por parte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
Más de 800 bomberos voluntarios y miembros de diferentes brigadas, incluyendo la Brigada Humanitaria y de Rescate del Ejército de Guatemala, respaldados por unos 250 habitantes locales, están utilizando herramientas como palas, machetes y azadones para combatir el fuego.
Los esfuerzos comunitarios se basan en experiencias pasadas, como la creación de refugios temporales tras deslizamientos anteriores. La historia de tragedias durante tormentas como Ágata refuerza la urgencia de la situación.
El agotamiento afecta a los socorristas, quienes enfrentan altas temperaturas y condiciones climáticas extremas durante jornadas de hasta cuatro horas en terrenos escarpados. La Cruz Roja Guatemalteca brinda asistencia médica a 396 personas por lesiones o deshidratación, sin que se haya reportado ningún caso grave hasta el momento.
El incendio en el Volcán de Agua no cede.
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