OPINIÓN l POR URIEL NAUM AVILA
En un contexto de tasas de interés más altas y materias primas caras, las perspectivas para la economía de América Latina no pintan nada bien en 2023.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima para la región un crecimiento de su PIB de apenas 1.8% para este año, muy bajo considerando la turbulencia que causó la pandemia COVID-19 tres años atrás.
Y 2024 no pinta mucho mejor. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronostica un crecimiento para ese año de la economía de apenas de 0.3 porcentuales mayor al de 2023; es decir, de 2.1%.
Siendo el panorama tan complicado, ¿qué medidas deben tomar los países de Latinoamérica para reactivar sus economías y verse lo menos afectadas posibles por la inflación?
Propuestas del CAF
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) considera que, para cerrar las brechas existentes que tienen lugar en la región, Latinoamérica tendría que invertir hacia 2030 entre 7 y 19% de su PIB anual en infraestructura y gasto social.
El reto no solo se observa difícil, sino casi imposible ante lo caro que resultan hoy los créditos, y la metáfora de la cobija presupuestal, sobre que si jalamos de un lado se descubre el otro, ya nos la sabemos en Latinoamérica.
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Tres palancas de crecimiento
En ese mismo sentido, el propio CAF propone llevar a cabo las siguientes acciones para aspirar hacia un desarrollo mayor, duradero y posible, impulsando el crecimiento de la economía:
- Trabajar en la reducción de la pobreza y la desigualdad. En la actualidad, de acuerdo con este organismo, las tasas de pobreza son cercanas al 32%, lo que estimula la informalidad y perjudica la dinámica económica.
- Impulsar proyectos de infraestructura. Ya decíamos que se observa un reto complicado en los términos que plantea el CAF. Sin embargo, para lograrlo, la institución propone aumentar impuestos, incrementar deuda o aumentar presupuesto.
- Avanzar en la integración regional. El objetivo que se persigue con esto, apunta el CAF, es “establecer un trabajo armónico y ordenado entre el sector público y privado para definir políticas nacionales y regionales” que ayuden a dinamizar las economías.
“Este proceso permitirá trabajar en la reducción de la pobreza y la desigualdad, y movilizar recursos para el financiamiento de programas y proyectos ambientales y climáticos”, dijo a principios de año Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, en el marco del Foro Colombia 2023.
Si observamos, no se tratan de recetas nuevas, pero ante la situación que impera en la región será mejor tomarlas, ahora sí, enserio y actuar pronto, ya que el barco, todo indica, estará navegando sin vela en los siguientes dos años.
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