OPINIÓN l POR URIEL NAUM AVILA
Con el regreso de Luiz Inácio (Lula) da Silva a la presidencia de Brasil, Latinoamérica ha dado un giro a la izquierda poco previsto, similar al que décadas atrás tuvo lugar, sólo que hacia el otro extremo del péndulo, con la llegada al poder de los “Chicago Boys”, ese grupo de, en ese momento, jóvenes universitarios egresados de la Universidad de Chicago e instituciones extranjeras que enarbolaron la bandera de un Estado acotado, menos burocrático y disminuido en funciones.
La llamada “nueva ola de izquierda” en Latinoamérica, sin duda, generará repercusiones en la economía de la región. Argentina, Chile, Colombia y México forman parte de ese bloque que, entre otras cosas, propone aumentar impuestos a los ‘ricos’ y revisar la participación de empresas en sectores estratégicos de la economía.
Al contabilizar el peso de la economía de esos países de izquierda, es evidente que su volumen no es menor. Hoy representa más del 86% del PIB total de la región. Tan sólo Brasil, Colombia y México representan el 64%.
Con el péndulo hacia la izquierda, lo que se espera en el mediano plazo es un Estado más activo en ciertas industrias en las que fue disminuyendo su participación en los últimos años, como la energética, por ejemplo, situación que podría desincentivar la inversión privada en ciertos sectores, en los que se puede generar la percepción de que no se tiene piso parejo para competir.
Razones del movimiento
Si nos remitimos a las últimas encuestas del sentimiento de la población en la región respecto a su condición, sobre todo a raíz de la pandemia COVID-19, podríamos explicar este movimiento de la política y la economía desde los datos y el análisis. Por ejemplo, el “Informe Latinobarómetro 2021” menciona al respecto: “los resultados muestran que no hay ilusión, no se ha disipado el malestar anterior, sino que parece reafirmarse la decisión de no ceder en la demanda de una vida mejor”.
Y añade el estudio: “En este escenario, todas las demandas se vuelven más inelásticas. La pandemia puso en el celular de cada persona, las redes sociales y a través de las pantallas de la televisión, la imagen del mundo, como viven y son tratados los ciudadanos en otras partes del planeta. Se universalizó la demanda de “¡Dignidad Ya!”.
También puedes leer: Las 10 claves del plan de gobierno de Lula da Silva
Uno de los hallazgos de este informe es que desde 1997 no se movía la percepción mayoritaria respecto a que no hay justicia en la distribución del ingreso (78%), pero en 2020 el porcentaje fue similar. “Las alternancias en el poder que han ocurrido en la región se deben a estas dos quejas centrales: la ausencia de dispersión del poder y de la riqueza en un cuarto de siglo. Ocho de cada 10 latinoamericanos piensan así”.
Es claro que un importante porcentaje de la población latinoamericana viene deseando un cambio de rumbo, de acuerdo con las encuestas. Sin embargo, no está claro si el péndulo apunta hacia la salida correcta. Temas como la seguridad, la competitividad, la digitalización, la educación, entre muchos otros, se observan difícil de resolver, al igual que el apuntalamiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son las que generar 90% de los empleos en la región y de las que poco se comenta en las agendas públicas de uno y otro lado donde oscila el péndulo.
Les invitamos a leer más noticias de IberoNews en Facebook: @Iberonews