El papel de las incubadoras de empresas en el desarrollo sostenible

Las incubadoras de empresas universitarias transforman comunidades. Imagen: tomado de Diseñado por Freepik (www.freepik.es).

OPINIÓN l POR GABRIELA BENGOCHEA MARÍN (*)
Las Universidades interactúan en múltiples roles con la sociedad, no sólo en la formación y creación de conocimiento, sino que participan cada vez más en una mayor interacción con sus comunidades y localidades. Uno de esos roles es el de ser incubadoras de empresas.

Durante las últimas dos décadas el foco se ha centrado en la implementación de programas de responsabilidad social, programas de fomento y apoyo emprendedor que impulsan el desarrollo de proyectos sustentables dentro de sus comunidades, así como programas de incubación de empresas de alto impacto, entre otros.

En específico, los programas de fomento, apoyo emprendedor y de incubación de empresas, acerca a los emprendedores una gama de servicios como asesorías, consultorías especialidades, capacitación, espacios de oficina, redes de vinculación, networking, acceso a fondos de capital semilla, etc., con el objetivo de incentivar el arranque y desarrollo de empresas competitivas que se mantengan en el tiempo.

Las Incubadoras de Empresas Universitarias ha logrado a lo largo de los años la creación de iniciativas que inciden de manera positiva en alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cumpliendo un doble papel en la formación de profesionistas, que a partir de la aplicación del conocimiento pueden desarrollar y convertir sus ideas en empresas que transforman a sus comunidades de una manera sustentable, y que atienden los retos sociales y ambientales.

Las iniciativas de los programas de incubación de empresas universitarios tienen un alto impacto, ya que son una propuesta de solución efectiva y, en algunos casos, radicalmente innovadoras ante las problemáticas sociales y ambientales que aquejan a América Latina.

Un caso de éxito

Un caso de Incubadoras de Empresas Universitarias con cobertura a nivel nacional comprometida con el Desarrollo Sostenible es la Red Nacional de Incubadoras de Empresas de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC). Con dos décadas de vida, ha formado a más de 6,000 emprendedores, impactando cerca de 20 sectores industriales y de servicios; impulsado la creación de más de 400 empresas y el desarrollo de más de 1,300 empleos formales.

Esta Red ha impulsado proyectos que, por su impacto ambiental o social, han sido reconocidos a nivel nacional -por dos años consecutivos-. Fue Primer Lugar en el Premio Santander a la Innovación Empresarial, así como a nivel internacional. También obtuvo el Primer Lugar en el Concurso Internacional de Planes de Negocio “James McGuire”.

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Otro ejemplo de las iniciativas que se gestan en las universidades son las que tienen que ver con el reconocimiento de ideas o proyectos, que busquen una incidencia positiva en los ODS. También siendo activas en concursos y premios sustentables. Como ejemplo podemos mencionar el Premio UNITEC a la Innovación Tecnológica para el Desarrollo Social, que cada año convoca a jóvenes universitarios a presentar proyectos que, además de tener un enfoque social, se apoyan en soluciones tecnológicas novedosas para resolver problemáticas sociales, ambientales, médicas, etc.

Dicho premio ha logrado convocar a más de 500 proyectos, premiando a las 38 mejores iniciativas, por su aportación tecnológica y social, que impactan en siete Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El impacto de las incubadoras

Las Incubadoras de Empresas Universitarias, transforman a sus comunidades en beneficio de todo el país, su compromiso con la sociedad es notable y en los últimos años tomaron más relevancia ante la dificultad a la que se enfrentan los emprendedores y empresarios a causa de la pandemia COVID-19.

Como nunca en la historia, la aportación en capacitación, coaching y mentoría gratuita por parte de las universidades, incubadoras e institutos coadyuvaron en la recuperación del tejido empresarial y recuperación económica. Como ejemplo podemos mencionar el Programa de Fortalecimiento a la Actividad Emprendedora y de Autoempleo (FACEM), que ha logrado captar la atención de más de 100 mil personas y ha capacitado a 17 mil emprendedores y empresarios de habla hispana.  

Hoy más que nunca es cierta la frase enunciada por Arquímedes: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Los emprendedores tienen el poder de ser la palanca para transformar al mundo y moverlo a un estado de mayor bienestar. Las incubadoras de empresas universitarias han logrado de manera contundente aportar no sólo a los ODS a partir de distintas acciones, sino a la creación de riqueza y bienestar.

(*) La autora es Directora Nacional de la Red de Incubadoras de Empresas de la UNITEC.

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