OPINIÓN / POR MARCELA TÁNCHEZ*
IberoNews.- Constantemente me preguntan: “¿Cómo logras mantener el ritmo fit, incluso, fuera de la rutina, cuando hay más factores que afectan?”. Esto me llevó a reflexionar sobre lo que hoy quiero compartir con ustedes. Les cuento: ¡Es imposible mantenerse fit o en forma siempre! Muchas veces vemos fotos de mujeres que se mantienen súper fit todo el tiempo, pero parecer “modelo de revista fitness” todo el tiempo es prácticamente ¡imposible!
Yo me pongo súper disciplinada si voy a salir de viaje, al usar traje de baño o si tengo un evento especial. Pero en mi día a día soy más “normal” y, claro, me doy gustitos y caigo en tentaciones. Sí se me rebalsa la panza del pantalón (más que todo después de los postrecitos) cambio mi rutina, también si batallo con la celulitis y los botones que no quieren cerrar, o bien, si me tomo muchas fotos para escoger solamente una con la cual me siento cómoda, pero, saben, es parte de la vida.
Aprendí que lo importante es crear ese balance donde podamos mantener el estilo de vida saludable permanente (el cual incluye momentos de flexibilidad) y no caer en extremos de locura de comer muy poco y entrenar de forma excesiva, o comer sin control y desatarnos. Recuerda que, si eres demasiado rígido, te puedes quebrar.
Escucha a tu cuerpo
Yo entreno casi todos los días porque me gusta y me llena de energía. Una alimentación balanceada me ayuda a hacerlo, pero es importante escuchar a nuestro cuerpo y si algún día no tenemos ganas de entrenar fuerte, lo ideal es que nos mantengamos activos de otra manera, por ejemplo, en lugar de una súper clase de dos horas o una sesión de pesas intensa; también podemos salir a caminar 30 minutos, incluso, solo hacer oficio en casa o jugar con nuestros peques (cualquier actividad que nos levante de la cama o de la silla).
Lo ideal es ir escuchando a nuestro cuerpo y saber descansar si es necesario, así como comer ese pedazo de pizza o postre si se nos antoja mucho, pero balancear, balancear, balancear.
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Dentro de este balance también entra no entrar en pánico si subimos un par de libras (al día siguiente de algún exceso), ni obsesionarnos con el peso. Más que enfocarnos en una vida fit, enfoquémonos en una vida saludable, llenarnos de salud, energía y en cómo nos sentimos. Así cuando queramos apretar un poquito a nuestro cuerpo este va a responder al 100, ya que estará bien nutrido, lleno de energía, y eso nos hará sentir bien de la mente, cuerpo y corazón.
La vida saludable y el equilibrio
Si nos mantenemos en dietas estrictas y en extremos, nuestro cuerpo se cansa, busca un equilibrio y se “niega” a ayudarnos, lo que vuelve nuestro metabolismo más lento, además de que trabaja sin energía, porque le estamos demandando más de lo que debemos.
Cierro resumiendo sobre cómo yo defino una vida en balance, y es entender que la salud es integral: mente, cuerpo y corazón. Cuando te enfocas en cuidarte por salud y dejas de vivir en extremos, todo fluye y CUIDARTE cada vez es menos sacrificio y más por placer.
Vamos a vivir una vida sana, una vida balanceada, una vida que nos haga sentir bien. ¡Contagiemos hábitos saludables sin irnos a los extremos!
(*) Marcela Tánchez es licenciada en Nutrición Clínica. Founder de Marce Fitness.
IG: @marcefitness
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