En nuestro cotidiano, consumimos una amplia variedad de productos, algunos de los cuales desechamos casi de inmediato, como bolsas de plástico, botellas y envases, mientras que otros, como dispositivos electrónicos y ropa, permanecen en nuestra vida un poco más antes de considerarlos obsoletos. Sin embargo, la vida de un producto no culmina cuando lo descartamos, a pesar de lo que comúnmente creemos. Cada uno de estos artículos puede continuar su existencia si los sometemos a procesos de reciclaje o reutilización, lo que fomenta un uso más eficiente de los recursos y contribuye a la reducción de residuos.
Esta acción no es solo responsabilidad de los consumidores, sino que recae principalmente en las empresas. Son ellas las que deben garantizar que cada etapa en la vida de un producto sea adecuadamente gestionada y asumir los costos asociados en lugar de trasladarlos a la sociedad. Esto es lo que se conoce como “Responsabilidad Extendida del Productor” (REP), un concepto que está ganando fuerza, incluso en términos legislativos.
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) define la REP como “un esquema dentro de la Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS), cuyo objetivo principal es la disminución de estos, así como la reducción del consumo de recursos naturales y económicos, a través del diseño eficiente del producto y la gestión que logra que el residuo remanente retorne a las manos del fabricante del producto”.
La REP busca que los fabricantes se responsabilicen por sus productos a lo largo de su ciclo de vida, recuperándolos, reciclándolos y disponiéndolos de manera adecuada. Este enfoque incluye la prevención de la contaminación, la consideración del ciclo de vida de los productos y el principio de “el que contamina paga”. Los programas de REP buscan mejorar el diseño de los productos y sistemas, así como fomentar la reutilización y el reciclaje ecológicamente o socialmente convenientes.
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En México, una empresa que se destaca por su compromiso con la REP es Bio Pappel, que se enfoca en la producción de papel 100% reciclado. Su modelo de sustentabilidad, llamado Bosque Urbano®, se enfoca en no talar árboles en la producción de papel, en su lugar recicla papel a gran escala, prolongando el ciclo de vida del papel y sus productos a través de la recolección y el reciclaje. Esto no solo contribuye a la REP, sino también a una economía circular que rompe el ciclo de “tomar, hacer, desechar” que prevalece.
En los últimos cinco años, Bio Pappel ha recolectado y reciclado aproximadamente siete millones de toneladas de papel y cartón, lo que equivale a capturar 28 millones de toneladas de CO2. Además de cuidar el planeta, esto ha incrementado el índice nacional de recolección de papel, ha brindado una solución al problema de los residuos sólidos urbanos y ha promovido una cultura de reciclaje y protección del ambiente.
La Responsabilidad Extendida del Productor no solo beneficia al planeta, sino que también agrega valor a las empresas y los consumidores. Bio Pappel es un ejemplo de una empresa que demuestra su compromiso con un mundo más sostenible y que se esfuerza por seguir fortaleciendo su impacto ambiental positivo.