Los niños que nacen el 29 de febrero, un día que solo se presenta en el calendario cada cuatro años, son especiales. Estos niños tienen una singularidad en su cumpleaños: solo lo celebran cada año bisiesto, es decir, cuando el año tiene 366 días en lugar de los habituales 365. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que hay alrededor de cinco millones de personas en todo el mundo que comparten esta peculiaridad.
Para los que nacen el 29 de febrero, sus padres deben elegir en qué fecha inscribirlos: el 28 de febrero o el 1 de marzo.
Para algunos, como los trillizos nacidos en Valencia, España, en un año bisiesto, esto significa esperar cuatro años para celebrar su cumpleaños. A pesar de esta rareza, los padres celebran con alegría el nacimiento de sus hijos. Y es una oportunidad para idear formas creativas para conmemorar el día en los años “no bisiestos”.
Un caso destacado es el de la familia noruega Henriksen, cuya madre dio a luz a tres hijos en diferentes años bisiestos consecutivos. Una coincidencia verdaderamente notable. La probabilidad de nacer en un 29 de febrero es de solo 1 entre 1,461 bebés, según la Sociedad Honoraria de los Nacidos en Día Bisiesto.
¿De dónde surje?
El origen del año bisiesto se remonta a la antigua Roma, donde el astrónomo griego Sosígenes propuso añadir un día extra al calendario cada cuatro años para ajustarlo a la duración real del año. Sin embargo, más allá de su origen astronómico, el 29 de febrero está cargado de supersticiones y curiosidades culturales.
En algunas culturas, como la romana y la griega, se asociaba este día con la mala suerte. Mientras que en otras, como Irlanda, los bebés nacidos en esta fecha reciben incluso un premio especial. En la cultura popular, existen refranes y creencias sobre los años bisiestos, algunos de los cuales relacionan esta fecha con eventos desafortunados a lo largo de la historia.
Por ejemplo, el hundimiento del Titanic y varios asesinatos famosos han ocurrido en años bisiestos. Sin embargo, no todas las tradiciones son negativas: en Irlanda, los bebés nacidos el 29 de febrero reciben un reconocimiento monetario especial. Además, existe una regla no oficial sobre cuándo celebrar el cumpleaños en años no bisiestos, dependiendo de si se nació antes o después del mediodía.
El 29 de febrero es más que una rareza en el calendario; es una fecha que evoca una mezcla de supersticiones. Pero también curiosidades culturales y singularidades astronómicas. Para aquellos que nacen en este día, cada año bisiesto es una ocasión especial para celebrar su singularidad. Aprovechan a compartir experiencias con otros “bisiestos” en todo el mundo.
Lee también: 2023 es el segundo año más cálido, el primero será 2024