¿Qué es mewing?

El mewing se ha vuelto una práctica popular entre los jóvenes. | Fuente: Pixabay

Si una persona se lleva un dedo a los labios haciendo el gesto de guardar silencio y luego señala su barbilla, nos está indicando que no la molestemos: está practicando su rutina de mewing.

El mewing es el ejercicio de moda en las redes sociales. Cientos de videos virales enseñan cómo realizar esta técnica mientras posamos para un selfie, consiguiendo que nuestra mandíbula luzca definida y perfecta. Es el truco que utiliza la mismísima Bella Hadid.

Y no solo nos sirve para salir bien en la foto. Dicen que, practicada de manera habitual, la técnica ayuda a definir la línea de la mandíbula, reducir la papada e incluso alinear los dientes.

El mewing está de moda, pero no es nuevo. “El mewing es una serie de ejercicios para promover la correcta posición de la lengua –contra la parte superior y anterior del paladar– a través de una suave presión”, explica Yvette Pons. Ella refiere que se trata de una técnica creada por el ortodoncista británico John Mew (de ahí su nombre). La técnica se ha popularizado enormemente a través de redes sociales. “Se cree que puede llegar a cambiar la morfología de la mandíbula y de los maxilares superiores, pero la realidad es que no hay evidencias científicas que la respalden para este fin”, añade la experta.

¿Cómo se hace mewing?
La clave del mewing está en entrenar la posición de la lengua. “Hay que apoyar la lengua y presionarla suavemente a lo largo de todo el paladar, pero sin tocar los dientes, pues podríamos desviarlos”, declara Pons. Además, recomienda emular todo el tiempo la posición que adquiere la lengua cuando tragamos. Una postura que define “el apoyo correcto que deberíamos mantener durante todo el día, excepto al hablar y al masticar”. Además, aconseja repetir los siguientes ejercicios a lo largo del día:

  • Dar traguitos de agua y mantener la lengua unos segundos apoyada en el paladar.
  • Realizar un sonido con la boca con las consonantes ‘ng’ juntas y mantenerlo unos segundos.
  • Intentar tocar la punta de la barbilla con la lengua durante unos instantes (esta acción ayuda a favorecer la elasticidad del frenillo).
  • Ser conscientes durante el día, por ejemplo, activando el temporizador en el móvil con una alarma que nos recuerde cómo está la lengua colocada.

Beneficios del mewing
Según Pons, “la lengua es un músculo muy fuerte. Si no realiza correctamente la presión en el paladar, los huesos maxilares se van cerrando lateralmente. Esto empeora progresivamente la mordida, el retrognatismo y la forma mandibular. El mentón pierde parte de su soporte, la nariz se proyecta hacia el suelo y los músculos sublinguales y submandibulares pierden el tono y descienden. A la vez, podemos apreciar un aumento de las ojeras de los párpados, debido a la falta de oxígeno y el hundimiento del hueso orbicular de los ojos”.

Por otro lado, añade que la adecuada oclusión dental es fundamental no solo por estética, sino también para una correcta masticación y deglución de los alimentos. Lo contrario podría causar problemas digestivos y respiratorios, cambios posturales que afectan la salud articular, apnea del sueño, ronquidos y hasta problemas visuales. De este modo, aunque el mewing se ha hecho viral por los beneficios estéticos que se le atribuyen, Yvette Pons afirma que la correcta posición de la lengua es fundamental para la salud en general, puesto que ayuda a:

  • Cerrar la boca y respirar adecuadamente por la nariz.
  • Obtener una mayor oxigenación a nivel de las mitocondrias y del cerebro, proporcionando más energía durante el día.
  • Dormir mejor y descansar profundamente.
  • Mejorar la oclusión dental con una correcta amplitud.
  • Aumentar el tono muscular sublingual y submentoniano, manteniendo el tono de los músculos del cuello y del bajo mentón y los pómulos en su lugar de origen.
  • Mejorar el soporte maxilar y de todas las estructuras superiores del rostro.
  • Erguir la cabeza y mejorar dolores cervicales, dorsales y lumbares.

En resumen, aunque el mewing ha ganado popularidad principalmente por sus prometidos beneficios estéticos, su práctica regular puede contribuir significativamente a nuestra salud general. Mantener la lengua en una posición correcta no solo mejora la apariencia de la mandíbula y la alineación dental, sino que también favorece una mejor respiración, mayor oxigenación y un descanso más reparador. Así, esta técnica no es solo una tendencia pasajera de las redes sociales, sino una herramienta potencialmente valiosa para el bienestar integral.

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