OPINIÓN l POR URIEL NAUM AVILA
El número total de centroamericanos que viven fuera de sus países de origen es mayor que la población de países como El Salvador, Nicaragua, Costa Rica o Panamá. Si fueran un país de la región, los migrantes representarían el 14% de los habitantes.
La motivación que ha llevado a migrar a casi 6.3 millones de centroamericanos se ha estudiado desde la pobreza y la falta de oportunidades en sus lugares de origen, pero hoy sabemos que las razones son mixtas, como les llaman algunos especialistas.
El Banco Mundial es uno de los organismos que más ha intentado explicar lo que lleva a millones de personas a recorrer 4 mil kilómetros para llegar, principalmente, a Estados Unidos, en una situación de alto riesgo en temas de seguridad, salubridad y condiciones ambientales.
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Además de la migración económica, el organismo internacional refiere que existen otras razones por las que hoy las personas migran en Centroamérica, entre ellas:
- La reunificación familiar
- La violencia en sus lugares de origen
- Eventos climatológicos extremos relacionados con el cambio climático
Sobre este último aspecto que vendría a ser “novedoso”, los estudios refieren que la migración reciente en países como Honduras o El Salvador están relacionados con eventos de deslizamientos y sequías. En Guatemala, por ejemplo, “con riesgos climáticos en general”. Un dato más a considerar: “En Honduras 2 de cada 3 migrantes son mujeres que escapan de la violencia de género, la pobreza y la desigualdad”.
Factores de alto impacto
Lo preocupante es que tanto el cambio climático como la violencia —en Honduras, más de 240 mil personas, principalmente mujeres, niñas y niños han sido desplazados a la fuerza, de acuerdo con datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados— son aspectos que podrían estar empujando a más personas a migrar en los siguientes años, ya que lejos de disminuir, han venido en aumento.
Desafortunadamente, la migración no parece ser la acción que asegure a los migrantes un futuro mejor. De hecho, uno de los desafíos, de acuerdo con el Banco Mundial, es facilitar una experiencia migratoria segura e informada: “solo en 2021 murieron más de 5,755 migrantes centroamericanos, mientras que los casos de violaciones de derechos humanos se dispararon a niveles alarmantes, similares a los de países con conflictos activos”.
Entender la migración desde la falta de oportunidades es importante, pero también el tener una mirada más holística de este fenómeno, del que poco servirá intentar contener, si no se va al fondo de sus raíces (las muchas que lo sustentan, como podemos ver).
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