POR FRANK ÁVILA
Hasta el 10% de los gases de efecto invernadero provienen de la producción de ropa y calzado; cada minuto se entierran o queman 60 camiones de basura de prendas en el mundo. Genera el 20% de las aguas residuales globales y el 10% de las emisiones de carbono global. Cada año la industria de la moda usa 93 millones de metros cúbicos de agua y se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra.
Las cinco industrias que más contaminan el planeta son en orden de impacto ambiental: el sector energético seguido del textil, alimentación, transporte y construcción. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la industria de la moda ocupa el segundo lugar en impacto ambiental después de la industria del petróleo.
El uso de ropa por 7 billones de personas causa grandes estragos al medioambiente. Datos de la BBC News señalan que el poliéster ocupa cada año 70 millones de barriles de petróleo y el rayón un igual número de árboles; una sola ropa tardará más de 200 años en descomponerse y el algodón utiliza 5,000 galones de agua para elaborar una camiseta y un par de pantalones.
UNAM Global muestra el camino recorrido en la generación de una prenda: la siembra de algodón usa pesticidas y fertilizantes perjudiciales, se degradan suelos, se contaminan cuerpos de agua. Su producción utiliza energía que produce grandes emisiones de CO2 aunado al transporte de las prendas en vehículos, y su exhibición en tiendas consume también demasiada energía eléctrica.
Las tendencias en el uso de la ropa
A inicios y mediados del siglo pasado los diversos artículos que se generaban para la venta y consumo procuraban que fueran durables en el tiempo, incluso se compartían de una generación a otra; ya fuera un vehículo, herramientas de trabajo, enseres de cocina, mobiliario de casa y prendas de vestir; hoy en día son materiales que se rompen, descomponen o desgastan fácilmente.
La cultura mundial de compro, uso y tiro se extiende en la industria del vestido y el calzado; se reconoce que existen al menos dos tendencias en este ramo:
- La moda rápida, siendo aquella que se genera por temporada estacional, de tal manera que grandes masas de población adquieren, compran y usan determinada ropa cada 3 meses para después deshacerse de ella y renovar parte del vestuario.
- Vestimenta de bajo costo. Se observa en los centros comerciales ropa y calzado de bajo costo, baja calidad y vistosa, promoviendo su rápida adquisición, aunque con un desgaste prematuro.
¿Qué hacer ante estas tendencias en la industria de la moda?
A causa de los dos anteriores ingredientes, en el presente siglo se han adquirido más vestimentas que en la segunda mitad del siglo pasado.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló que el 05 de junio del 2019 el Kerenzerberg Future Forum for Sustainable and Ethical Fashion reunió a más de 70 profesionales de la moda, buscando que la industria promueva mejoras a favor de la sostenibilidad del medioambiente.
Resultado de esto, generaron una carta llamada ‘Carta de Kerenzerberg’ para textiles sostenibles, que contienen 11 Principios para una Industria textil responsable. Esta carta, de once puntos está dividida en tres apartados que son: “Nuestros principios”, “Nuestra responsabilidad con la humanidad” y “Nuestra responsabilidad económica”.
Los aspectos más relevantes de esta carta son los siguientes:
1. Asumimos responsabilidades y somos transparentes en nuestras acciones. Investigamos sobre temas sociales y ambientales.
2. Los recursos de nuestro planeta deben ser gestionados responsablemente, buscando una producción y consumo sostenibles de acuerdo con principios de la economía circular.
3. Exigimos textiles sostenibles y creamos conciencia sobre ellos.
4. La salud y la seguridad en el trabajo son derechos humanos universales.
5. Apoyamos el empoderamiento individual y salarios justos.
6. Nos esforzamos por obtener materias primas sostenibles. Apoyamos e invertimos en innovaciones sostenibles en torno a la producción.
Les invitamos a leer: Trabajo híbrido, una oportunidad en Costa Rica
7. Reducimos la contaminación y el consumo del agua que debe ser protegida como un bien precioso.
8. A través de cambios sistemáticos y tecnologías innovadoras, minimizamos emisiones de contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero.
9. En la cadena de valor evitamos el uso de productos químicos que afectan nocivamente a las plantas, animales, o la vida humana.
10. Dondequiera que se utilicen animales para las fibras textiles exigimos tratamiento y cuidado, buscando maximizar el respeto por los animales y sus hábitats.
11. Tomamos en cuenta los costos sociales y ambientales porque influimos en la sostenibilidad financiera, e invertimos en conocimiento para comprender los costos reales y establecer estructuras de precio justas.
Hoy día es necesario concientizar a las y los consumidores sobre las implicaciones que la industria del vestido tiene en cuanto al impacto ambiental, procurando un consumo responsable. Tal vez sea necesario regresar al tiempo en que el hijo menor de la familia utilizaba la ropa que su hermano mayor iba dejando y promover el mercado de la venta de ropa y calzado de segunda mano en cada poblado.
Les invitamos a leer más noticias de IberoNews en Facebook: @Iberonews