A sus 48 años, Heidy Juárez no solo ha sido testigo de su propio crecimiento como empresaria. También experimenta un viaje de transformación personal y profesional que la ha llevado a hacer una diferencia significativa en la vida de millas de personas. Su historia es un ejemplo claro de perseverancia, empatía y un fuerte sentido de propósito. Heidy se considera una “chiclera de corazón”, un apodo que se asignó ella misma por la experiencia de vender chicles en las calles. Posteriormente funda Innovagen, con el propósito de lograr que muchas parejas se convirtieran en familias al tener hijos. Y por eso, fue una de las ganadoras del premio “Emprendedoras del Año 2024“, de Mujeres Emprendiendo Guatemala (MEG), junto a Women´s Entrepreneurship Day Organization (WEDO, por sus siglas en inglés).
“Ser chiclera me dio la maestría en la vida”, explica Heidy. Destaca que esa experiencia le enseñó lecciones que han sido claves en su vida. Junto a su familia, Heidy vivió una etapa de problemas financieros, pero a diferencia de otros, supieron ver una oportunidad para superarlos.
Aunque su familia enfrentaba dificultades económicas, nunca perdió la esperanza. En lugar de dejarse vencer por las circunstancias, decidió buscar soluciones y salir adelante. La forma de aportar a la economía en su familia fue vender chicles en la calle. Esto le dio la oportunidad de crecer como una empresaria, ya que logró más de 100 puestos de distribución.
“Dios no me dio el don de ser mamá”
“A raíz de esto me prometí convertirme en una empresaria y dar muchas oportunidades de empleo”, dice Heidy, quien desarrolló una promesa para sí misma: transformar su realidad y la de los demás. Con una pasión genuina por cambiar vidas, en especial a través de la genética, Heidy vio una oportunidad para hacer una diferencia. La genética siempre había sido su pasión, y al descubrir su poder transformador, decidió que su misión sería ayudar a quienes lo necesitaban.
Esto la motivó a fundar Innovagen, una empresa dedicada al desarrollo de tecnologías de vanguardia en el campo de la genética, con un enfoque especial en apoyar a quienes desean ser padres.
Innovagen se especializa en acercar las últimas tecnologías genéticas a las personas, permitiendo que aquellos que enfrentan dificultades para concebir tengan acceso a tratamientos de calidad.
“Dios no me dio el don de ser mamá, pero me prometí que iba a ayudar desde la genética a todas las mujeres que quisieran lograrlo”, señala Heidy con una mezcla de gratitud y compromiso. Esta no visión solo ha impactado a millones de familias que han logrado tener hijos gracias a los servicios de la empresa. También ha proporcionado un legado de esperanza.
Innovagen ayudó a más de cinco mil familias a cumplir su sueño de ser padres, y su trabajo sigue teniendo un impacto profundo.
El impacto social es su legado
La empatía y la dedicación que pone en cada uno de sus proyectos son cruciales para el éxito de Innovagen, pero lo que realmente distingue a Heidy es su deseo de dejar un legado aún mayor. A pesar de su éxito como empresaria, no se conforma solo con el crecimiento de su empresa. Ha decidido destinar el 30% de sus ingresos para ayudar a niños de escasos recursos en el ámbito educativo. Su enfoque va más allá de las ganancias, ya que busca ofrecer a estos niños la oportunidad de acceder a una educación de calidad.
Actualmente, Heidy apoya 19 niños, quienes reciben educación en colegios y universidades privadas, y clases de inglés los fines de semana. Heidy ve la educación como una herramienta fundamental para cambiar el futuro de las nuevas generaciones. Por ello decidió involucrarse directamente en el desarrollo de estos jóvenes. Esta inversión en el futuro de los niños de escasos recursos es un ejemplo claro de cómo Heidy ha llevado su propósito personal de ayuda social a un nivel completamente nuevo.
El impacto de Heidy va más allá de la genética o de las donaciones. Su historia es una de superación personal. El amor por su trabajo se fusiona con el deseo de hacer una diferencia real en la vida de las personas.
Heidy no solo ha logrado construir una exitosa carrera profesional, sino que ha brindado oportunidades y esperanza a quienes más lo necesitan. Hoy, su legado sigue creciendo, y la promesa que hizo hace años continúa guiando sus pasos.
Heidy es una muestra viviente de que, con determinación, pasión y un corazón dispuesto a ayudar a los demás, se puede transformar no solo una vida, sino todo un entorno. Su historia inspira a quienes la escuchan. Y recuerda que el verdadero éxito no radica solo en los logros materiales, sino en el impacto positivo que se deja en el camino.