OPINIÓN / POR JUAN CARLOS ZAPATA *
IberoNews.- Una de las grandes limitaciones viales que afectan la competitividad del área metropolitana de la ciudad de Guatemala es la falta de carreteras de circunvalación, que eviten que todos los vehículos, especialmente de carga, tengan que pasar por el municipio de Guatemala. Parte de los grandes desafíos del propio departamento de Guatemala es la poca inversión del Gobierno en carreteras. Apenas 25 centímetros, en comparación con el promedio del país, que es de un metro de red vial por habitante. Por ello es importante proyectos como el del Anillo Regional C-50.
Así mismo, el crecimiento que ha tenido la ciudad de Guatemala y la atracción de inversión que está teniendo el país, gracias a las tendencias de nearshoring, el mismo aumento de la edad promedio y de la población urbana, genera un proceso de cambio de uso de suelo en mucho del corredor del Pacífico, donde se están generando varios parques industriales, ayudando a la generación de más y mejores empleos, así como a la mejora de la calidad de vida de muchas personas que están migrando hacia Escuintla y los departamentos aledaños, debido al crecimiento de la industrialización y los servicios de logística que están proliferando.
El Anillo Regional C-50
Para reducir la necesidad de que todo el tráfico pesado que va de los centros de producción en el sur hacia los puertos de exportación con destino a los Estados Unidos o Europa se hace urgente que el próximo gobierno tenga como prioridad concluir los ocho tramos del Anillo Regional C-50 —en su arco oriental—. Este proyecto consiste en la construcción de aproximadamente 210 kilómetros de carretera de cuatro carriles. Dos en cada sentido, sección típica “A”, con pavimento de concreto asfáltico, con un costo aproximado de US$1,600 millones, según lo reportado por el Ministerio de Comunicaciones.
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Los tramos
Ahora bien, lo más importante que se debe comprender es que la carretera tiene ocho tramos, que van con diferente nivel de avance. El tramo 1: bifurcación CA-09 Norte – Sanarate – Sansare, El Progreso, ya fue contratado, pero no se tiene suficiente presupuesto. Por lo que se necesitaría pensar en una reasignación para avanzar a mayor velocidad. También el tramo 2: Sansare, El Progreso – La Laguna, Sansayo, Jalapa, están pendientes de finalizarse los estudios de ingeniería, donde se han propuesto cambios de trazo, es necesario adquirir derecho de vía y la Dirección General de Caminos no tiene presupuesto asignado para este proyecto en el 2023.
El tramo 3: Jalapa – Mataquescuintla, se tienen estudios de ingeniería en fase final de ejecución, faltando solamente el análisis de costos, con lo que se podría licitar el proyecto, pero no se dispone de financiamiento.
Otros tramos
Y el tramo 4: Mataquescuintla-El Salitre, Santa Rosa de Lima, Santa Rosa. Del tramo 5: El Salitre – laguna El Pino – bifurcación CA-01 Oriente, tienen pendiente de finalizar los estudios de ingeniería, donde se han propuesto cambios de trazo y es necesario adquirir más derecho de vía. La Dirección General de Caminos no tiene presupuesto asignado para este proyecto en el 2023. El tramo 6: bifurcación CA-01 Oriente – El Jocotillo – El Obrajuelo, Villa Canales, Guatemala, fue licitado por la Dirección General de Caminos en el presente año, pero por falta de financiamiento no fue adjudicado.
El tramo 7: El Obrajuelo, Guatemala – Guanagazapa, Escuintla, se licitó habiéndose recibido ofertas. Pero se tienen dificultades por falta de financiamiento. Y el tramo 8: Guanagazapa – bifurcación CA-02 Oriente – Escuintla, se contrató. Y el proyecto actualmente está en ejecución, con un avance estimado de un 30 por ciento.
* Juan Carlos Zapata, es Director Ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA).
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