POR FRANK ÁVILA
IberoNews.- 7,000 millones de personas en el mundo consumen al menos lo necesario para vivir, y tal vez la mayoría bastante más allá de eso. Este hecho hace que el mundo se encuentra al borde del colapso.
En el año 1776, Adam Smith publicaba el “Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”; señalaba que el mercado se regula a sí mismo; satisface intereses individuales mientras, sin pretenderlo, consigue beneficios colectivos. Basaba su teoría en dos aspectos: bienestar y libertad.
No consideró el consumo desbordado que, en el ejercicio de la libertad, miles de millones de personas estarían realizando algunos siglos adelante. El capitalismo como inicialmente se concibió dio paso al consumo excesivo, lo que ha originado el desgaste significativo de los recursos del planeta.
Muchas personas no solamente consumen lo que necesitan, sino también lo que les gusta y en exceso, creando un ciclo devastador: comprar, usar y tirar; y si bien los grandes consorcios se han visto beneficiados por décadas a nivel económico de esta mentalidad, hoy día se reconoce que este modelo se encuentra agotado con un altísimo costo para la sustentabilidad del planeta.
Les invitamos a leer: Emprendedores salvadoreños aumentan las ventas de las empresas con IA
Un nuevo capitalismo
Es necesario añadir un capítulo nuevo al sistema económico a través del “Capitalismo Sustentable”. Si aún sigue vigente el pensamiento de Smith en el que la oferta y la demanda bastaban para mantener la producción, entonces habrá que hacer algo con la demanda, de tal manera que se encuentre un equilibrio entre el crecimiento económico y la protección ambiental.
Para consulMAC (Consultora en Medio Ambiente y Construcción) la operación de las grandes empresas debe considerar al menos cuatro puntos básicos: la mitigación disminuyendo el impacto ambiental, el control de los niveles de contaminación, la compensación retornando beneficios al medio ambiente y la prevención de los impactos ambientales para revertirlos.
Según la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA), la concentración mensual de CO2 en la atmósfera en 2015 ya había superado las 400 partes por millón, una cifra muy preocupante. En su momento, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señaló que “alcanzar esa cifra era el inicio de la cuenta regresiva para la especie humana”.
Debido a esto, la agenda ambiental hoy día comienza a tener más peso sobre el tema de la economía, y la legislación internacional se dirige a proteger los intereses de todos en la protección y cuidado del medio ambiente a fin de reducir la deforestación, la contaminación de mantos acuíferos, la generación de basura, las emisiones de dióxido de carbono y el consumo desenfrenado entre otros.
Ricardo Abramovay especialista en desarrollo sustentable y profesor del Departamento de Economía de la Universidad de San Pablo, señala: “si tuviéramos 60 años para resolver estos problemas, la incorporación gradual de ecoeficiencia a los sistemas productivos sería un camino viable. Sin embargo, no tenemos todo este tiempo, las decisiones en el tema económico son ahora”.
“El reto es que los productos sean concebidos de manera que el resultado de su consumo no sea basura, sino nutrientes que vayan a alimentar nuevos procesos productivos. Pero esto supone, antes que todo, la reinserción de la naturaleza en las decisiones sociales y de la ética en las decisiones económicas”, explica en artículo emitido en el portal de “La Nación”.
El capitalismo sustentable
El Capitalismo Sustentable requiere de nuevos paradigmas en donde el enfoque sea la preservación de la vida en la tierra a largo plazo. Dentro de esto, se asienta el concepto de “consumo responsable” aceptando que las materias primas en nuestro mundo son finitas y que de seguir en esta inercia de comprar, usar, desperdiciar y tirar nos orilla sin más, a la culminación de la especie humana.
El portal Vivo Sano, nos muestra algunos aspectos para tener en cuenta en el consumo responsable:
- Considerar el impacto ambiental de los productos que compramos, valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja el producto.
- Determinar la huella ecológica que determinados estilos de vida y consumismo ocasionan.
- Localizar empresas, productos y servicios que respeten el medio ambiente y los derechos humanos.
- Asegurar la calidad de lo comprado.
Razones para promover el consumo responsable:
- Proteger el medio ambiente y dejar a las generaciones venideras un entorno saludable. No pensemos solamente en el momento en el que disfrutamos del producto o servicio, también en el antes y el después.
- Solidaridad y respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o servicios que disfrutamos. No solo debemos preguntarnos qué efecto tiene mi consumo en mí, sino también cómo repercute en los demás.
- Otro mundo es posible y, a través de un consumo responsable, podemos poner nuestro granito de arena para hacerlo realidad.
La vida del planeta se encuentra en nuestras manos. La decisión es ahora.
Les invitamos a leer más noticias de IberoNews en Facebook: @Iberonews