Por Elaine Miranda
En teoría, las tarjetas de crédito son una herramienta financiera. En la práctica, muchas veces se convierten en un agujero negro que se traga el salario y la tranquilidad. ¿El culpable principal? El famoso “pago mínimo”.
Cuando hacés solo el pago mínimo de tu tarjeta, no estás avanzando: estás empantanado. Es como tirar agua con un balde mientras la fuga sigue abierta. Técnicamente estás al día, pero en realidad estás alimentando una deuda que crece con intereses compuestos. Pagás $20, creés que cumpliste, y el saldo apenas se mueve. Al mes siguiente, repetís. Y después de un año, has pagado mucho más de lo que debías, pero seguís debiendo casi lo mismo.
Aquí van algunos pasos para salir de esa rueda:
- Guardá la tarjeta. No es necesario cortarla en pedacitos, pero sí guardarla en un cajón. Si seguís usándola mientras tratás de pagarla, es como llenar una cubeta con un agujero.
- Pagá más del mínimo. Aunque sean $20 extra, cada centavo reduce capital. Si podés, hacé abonos quincenales para reducir intereses. El objetivo no es cumplir, es salir.
- Hacé un plan de pago. Listá todas tus deudas, ordenalas por tasa de interés (de mayor a menor) y atacá primero la más cara. Esta estrategia se llama “avalancha”. Si necesitás motivación rápida, usá la “bola de nieve” y pagá primero la deuda más pequeña para sentir progreso.
- Identificá el detonante. Las tarjetas muchas veces tapan vacíos emocionales: comprás porque estás estresado, triste o aburrido. Registrá cada gasto con tarjeta por una semana y anotá cómo te sentías al momento. Te vas a sorprender.
- Negociá con el banco. Muchos bancos están dispuestos a reestructurar tu deuda si mostras voluntad de pago. Preguntá por planes con tasa fija o consolidación.
- Educate. Leé, escuchá podcasts, tomá un curso. El conocimiento es tu mejor defensa contra el ciclo del endeudamiento crónico.
El crédito no es malo. Lo que lo vuelve peligroso es usarlo sin claridad. Y si no sabés cuánto debés, a qué tasa, ni cuánto tiempo vas a seguir pagando el mínimo, ya es hora de pausar, organizar y tomar el control.
Porque deberle al banco no debería convertirse en tu estilo de vida.
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Es experta en finanzas personales, autora del libro Mujeres y Finanzas y fundadora de Plata con Plática, la plataforma de educación financiera más leída de Nicaragua y pionera en Centroamérica. Ha impartido más de 1,500 conferencias en empresas de toda la región y ha sido reconocida por FORBES y Estrategia & Negocios como una de las mujeres más influyentes del istmo. Su misión es ayudar a las personas a tomar control de su dinero con herramientas prácticas, empatía y sin excusas.
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