OPINIÓN / POR JUAN CARLOS ZAPATA *
IberoNews.- La semana pasada, el Banco Mundial publicó el estudio Agrologística para la agricultura familiar moderna, sistemas agroalimentarios en el norte de Centroamérica, el cual fue presentado públicamente con muy buenas conclusiones sobre Guatemala y que pude comentar en un conversatorio al que fui invitado. Lo primero que recomiendo a ambos partidos políticos que están en la contienda por la segunda vuelta electoral es que quienes vayan a integrar las carteras de Agricultura, Economía, Comunicaciones y Trabajo puedan leerlo y comentarlo entre sus equipos.
Agrologística para la agricultura familiar moderna
El análisis explora los desafíos y oportunidades agrologísticos, algo sumamente importante para nuestro país si pensamos que en la agricultura trabaja el 31.3% de la fuerza laboral pero solo genera el 10.2% del PIB, lo cual automáticamente nos hace pensar en que debemos aumentar la productividad del sector. El estudio analiza cinco componentes de la cadena de valor agrologística: la gestión poscosecha en la granja, el almacenamiento y la manipulación, incluido el almacenamiento en frío, el procesamiento y el envasado, el transporte desde la granja hasta los centros de acopio y procesamiento, así como la distribución por parte de mayoristas, minoristas y exportadores (lo cual incluye todos los procesos aduaneros y pasos fronterizos).
Se exploran las diferentes megatendencias, así como factores disruptores recientes, oportunidades emergentes y cuellos de botella logísticos. Esto es muy importante, debido a que en nuestro país 77% de las familias tienen dietas deficientes o inadecuadas, 47% de los niños menores de 5 años tienen desnutrición crónica y somos el noveno país con mayor riesgo a nivel mundial por el cambio climático. Sin contar que 20 millones de toneladas de alimentos se desperdician al año, equivalente al 38% de la producción total.
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El panorama de Guatemala
Estos datos que, como bien los presenta el estudio, reflejan que en Guatemala se pierde el 34% del maíz, 26% de los frijoles y el 54% de los tomates, mucho debido a un mal manejo poscosecha, así como deficiencias en todas las diferentes etapas de la cadena de valor. Esto representa una oportunidad de inversión para las principales cadenas de valor agrologísticas en incorporar tecnologías de almacenamiento y manipulación de granjas, garantizar que los almacenes cumplen con normas de calidad, establecer plantas de procesamiento en zonas de producción, la mejora de las carreteras, caminos rurales y el mantenimiento de estos, así como mejorar el tránsito en cámaras frigoríficas, trazabilidad y accesibilidad de plataformas de despacho directo.
Estos estudios son un complemento importante también para seguir impulsando la aprobación del préstamo del Banco Mundial del proyecto Innova, que está precisamente enfocado en cadenas de valor agroalimentarias modernas y resilientes y que está pendiente de llegar al Congreso de la República. Dicho préstamo, por un monto de US$161 millones reembolsables, trae además un componente técnico de fondos no reembolsables de US$7.6 millones, así como la oportunidad de generar US$17.67 millones en financiamiento, a través de la banca comercial.
Este tipo de iniciativas que tienen como objetivo promover la agroindustrialización del país son las que tenemos que ayudar a que se aprueben en el Congreso, para fomentar la transformación productiva de forma inclusiva del sistema agroalimentario, generar inversiones para mejorar la eficiencia y la resiliencia en las mipymes agroindustriales y fortalecer la institucionalidad en el apoyo del sistema agroalimentario.
* Juan Carlos Zapata, es Director Ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA).
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