Del 25 al 27 de junio de 2025, la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebró su 55ª Asamblea General en la American University of Antigua, ubidada en St. John´s, Antigua y Barbuda. Por primera vez en su historia, Antigua y Barbuda acogió este encuentro anual. Reunió a más de 600 delegados, incluidos ministros de Relaciones Exteriores, cancilleres y altos representantes de los 35 estados miembros .
La temática central de esta edición fue “Construir economías resilientes e inclusivas en las Américas”. Propuesta por el representante de Antigua y Barbuda, Sir Ronald Sanders, y diseñada para responder a las crecientes tensiones económicas, sociales y políticas en la región. Las sesiones incluyeron debates plenarios, conferencias de prensa y espacios de diálogo con la sociedad civil. Destacando la importancia de vincular a todos los sectores de la sociedad en la toma de decisiones .
El evento marcó además la primera aparición oficial del nuevo Secretario General de la OEA, Albert Ramdin. Quien asumió el cargo el 26 de mayo de 2025. Ramdin, primer funcionario de CARICOM en ocupar este puesto, destacó tres prioridades: reforzar la cohesión institucional de la OEA, preparar el terreno para la próxima Cumbre de las Américas y fortalecer mecanismos de cooperación regional.
En términos institucionales, se llevó a cabo la elección de varios cargos clave. Tres integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tres del Comité Jurídico Interamericano. Un miembro del Tribunal Administrativo, uno del Comité de Auditoría y dos del Centro de Estudios de Justicia de las Américas oas.org. Además, se aprobó el Programa‑Presupuesto para 2026, en el marco de un intenso debate sobre la sostenibilidad financiera del organismo, dado su déficit crónico y dependencia de aportes voluntarios .
Los temas de seguridad hemisférica también estuvieron en el centro de atención. Se discutieron los desafíos derivados de la crisis humanitaria y de gobernabilidad en Haití, donde bandas armadas controlan amplias zonas de Puerto Príncipe. Asimismo, se advirtió sobre los riesgos recientes para la democracia tras el atentado contra Miguel Uribe, aspirante presidencial colombiano, lo que reforzó la urgencia de respaldar elecciones libres y seguras en toda la región.
Otros puntos destacados incluyeron preocupaciones por la situación económica global. Con proyecciones de crecimiento moderado y presiones inflacionarias, así como el impacto de aranceles estadounidenses en cadenas productivas interamericanas y el efecto indirecto de conflictos internacionales. Como la guerra en Ucrania y la tensión Israel‑Hamas, en la agenda hemisférica .
En paralelo a la agenda oficial, se realizaron encuentros bilaterales informales entre cancilleres y representantes de la sociedad civil. Uno de los eventos más destacados fue un foro conjunto con la OPS/PAHO sobre salud mental. Este resaltó la necesidad urgente de respuestas coordinadas a crisis post‑pandemia y su impacto en poblaciones vulnerables .
La Asamblea concluyó con un compromiso renovado para impulsar iniciativas económicas inclusivas. Que integren a todos los países, grandes y pequeños, así como una exhortación a traducir los acuerdos en acciones concretas. La celebración en Antigua y Barbuda subrayó también la relevancia del organismo para cohesionar las Américas frente a desafíos globales y regionales.
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