POR HUGO SALVATIERRA
IberoNews.- Al hablar de emprendimiento en América Latina basado en innovación, Montevideo, Santiago de Chile y Buenos Aires han logrado ecosistemas económicos sostenibles, robustos y resilientes, debido al alto grado de colaboración entre sus participantes. Así lo explica Marcelo S. Tedesco, fundador y director Ejecutivo de Global Ecosystem Dynamics (GED) e Investigador Afiliado al MIT D-Lab, del Massachusetts Institute of Technology.
Desde los hallazgos científicos, la colaboración fue clave para fortalecer los ecosistemas de emprendimiento en América Latina basados en innovación. Esto se debe a que “la estructura –entendida como el resultado de las interacciones– convierte a los ecosistemas económicos de emprendimiento basados en innovación en entidades capaces de sortear desafíos económicos, sociales y ambientales”.
A continuación, Tedesco retoma los casos de Montevideo, Santiago de Chile y Buenos Aires para explicar dicho fenómeno. Asimismo, analiza las áreas de oportunidad de sus ecosistemas de emprendimiento basados en innovación.
Montevideo, el referente de la colaboración en el emprendimiento en América Latina
“GED ubica a Montevideo como una de las ciudades más avanzadas en cuanto al grado de estructura a partir de la colaboración dentro de su ecosistema económico de emprendimiento basado en innovación”, puntualiza.
Para comprender mejor el panorama, resalta el siguiente dato: “Actualmente, Montevideo tiene dos unicornios, a pesar de ser Uruguay un país con 3.4 millones de habitantes. Si lo comparamos con México, por ejemplo, que con 128.9 millones de habitantes apenas reporta siete, hablamos de un ecosistema bastante robusto”.
Sin embargo, algo mucho más relevante son sus indicadores de bienestar.
- Uruguay tiene el menor índice de desigualdad de Latinoamérica. Su Coeficiente de Gini (medida de desigualdad) es comparable con los países europeos. Incluso es superior al de Estados Unidos.
- También tiene los mejores resultados en los indicadores de desarrollo sostenible de la ONU.
- En todos sus indicadores de bienestar, Uruguay es el país número uno de Latinoamérica.
“A pesar de que su ecosistema de emprendimiento basado en innovación requiere de un mejor entorno para seguir su desarrollo, su estructura –es decir, el resultado de su relacionamiento a partir de la colaboración– es la más eficiente y robusta que hemos encontrado en la Región”, indica Tedesco.
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Santiago de Chile, el gobierno hace la diferencia
En materia de emprendimiento en América Latina, Santiago de Chile cuenta con la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). Este organismo de ámbito multisectorial es la agencia responsable del fomento de la producción nacional. También tiene la función de promover el crecimiento económico regional.
Esta institución ha marcado la diferencia en la capital del país andino. No obstante, Tedesco ve algunos puntos de mejora:
- La CORFO debe empezar a desarrollar otras organizaciones para compartir el liderazgo.
- Si bien es una institución que tiene 100 años, la política pública sí puede llegar a modificarse y esto podría provocar un cambio radical en el ecosistema.
- Necesita incrementar las relaciones de colaboración y la diversidad de actores compartiendo el liderazgo.
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Buenos Aires, la ciudad de los 12 unicornios
Actualmente, Buenos Aires concentra una población de poco más de 3 millones de habitantes. Dentro de ese número de personas han surgido 12 unicornios, “es decir, la capital argentina tiene la mayor cantidad de unicornios per cápita en América Latina. Además, sus startups son de alto valor económico e innovador”, indica Tedesco.
“¿Por qué ocurre esto? Sin duda, no es gracias a su entorno –la política pública nacional no ha sido positiva para el emprendimiento en por lo menos 15 de los últimos 20 años–, sino a su estructura”, ahonda el investigador.
De acuerdo con las investigaciones de GED:
- Buenos Aires tiene una estructura robusta y eficiente.
- Sus participantes tienen una gran capacidad para compartir recursos dentro del ecosistema.
- Eso convierte al ecosistema en uno de los más resilientes para sortear los cambios y las crisis del entorno.
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Ciudad de México, un retroceso para el emprendimiento en América Latina
Tedesco destaca que, a pesar de que la Ciudad de México cuenta con un ecosistema emprendedor basado en innovación bien posicionado en América Latina, sufrió un duro golpe. Esto ocurrió cuando el actual gobierno eliminó el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), figura protagónica y responsable de activar al ecosistema.
Si bien es cierto que el INADEM hacía una importante labor para fortalecer e impulsar al emprendimiento en todo México, también lo es que cuando desapareció, en 2019, no hubo un organismo que asumiera ese rol. Aunado a ello, a tres años de lo ocurrido, los actores del ecosistema no han conseguido elevar su nivel de colaboración.
“La desaparición del INADEM no se habría vuelto un duro golpe para el ecosistema mexicano de haber habido otras organizaciones colaborando entre sí como parte del liderazgo”, puntualiza el experto.
“La eliminación del organismo provocó una importante disrupción en el ecosistema de Ciudad de México, de la cual aún se está recuperando. Aquí la importancia de las estructuras, un ecosistema más colaborativo hubiera sufrido un impacto mucho menor”, advierte Tedesco.
En 2019, GED llevó a cabo un primer estudio del ecosistema de emprendimiento basado en innovación de la Ciudad de México antes de la pandemia (documento publicado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT)). En él se destaca como parteaguas el cambio de política pública. La disrupción como consecuencia de este cambio se debió a:
- Un ecosistema poco colaborativo, sumamente competitivo y con una estructura no propicia para el desarrollo de emprendimientos de alto valor innovador.
- Un liderazgo no compartido y con pocas figuras líderes. Cada uno de estos líderes estaba hacia la periferia del ecosistema, con sus propias islas de relaciones.
Actualmente, GED se encuentra en una fase de recolección de nuevos datos en Ciudad de México, los cuales revelarán el impacto de todo lo ocurrido.
Tedesco reconoce el surgimiento de nuevos unicornios en los últimos años. Sin embargo, dice, esto es producto de un fenómeno independiente relacionado con la disponibilidad de efectivo de los fondos de inversión.
En ese sentido, menciona un efecto similar a los hallazgos en Sao Paulo, donde también el ecosistema está siendo guiado por el dinero en vez de por el bien común. Desde su punto de vista, este fenómeno es poco sostenible en términos del impacto social.
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