Emprender es toda una aventura, llena de incertidumbre y de retos. Esto no sorprende a nadie que haya estado involucrado en la formación de nuevos negocios a partir de ideas revolucionarias que pueden llegar a generar un verdadero cambio en sus comunidades, naciones y ¿por qué no? en el mundo entero. Lo que hay que hacer es hacer emprendimiento de impacto.
Simon Sinek, conocido en el mundo del emprendimiento por su famoso “circulo dorado” tiene muy en claro la importancia de poner el corazón en los emprendimientos, tener en claro la verdadera motivación detrás de todo el esfuerzo, el tiempo, los sacrificios y las frustraciones que emprender trae de la mano. Sinek nos dice: empieza en el porqué. Con esto se refiere a que, como emprendedores disruptivos e innovadores, no nos basta con desarrollar un negocio rentable que genera ingresos suficientes para poder dedicarte a el al 100%, si no que buscamos una motivación mucho más profunda que la solvencia económica. Buscamos generar cambios, mejorar las cosas a través de nuestro emprendimiento, apoyar a una causa, saber que no somos los únicos que se pueden beneficiar de las actividades que día a día se realizan en nuestras empresas. Buscamos generar verdadero impacto.
En los últimos años se ha popularizado cada vez más el impacto ambiental positivo y el impacto social, estos dos componentes son claves para la construcción de una historia que vale la pena contar, que inspira a otros a buscar soluciones y a que su vez se convierte en parte de tu estrategia de imagen y marca.
Pero no basta con presumir o contar la historia sobre como generamos impacto, es muy importante poder demostrarlo y medirlo. Un amigo siempre mencionaba en su pitch de negocios: “si no puedes medirlo, no puedes probarlo”. Y en verdad, cuando hablamos de impacto hablamos de la responsabilidad de realmente cumplir con el compromiso de aportar. Recordemos también que si tu les dices a tus clientes que gracias a su compra están contribuyendo a una causa en la que ellos también creen y es por esto que se ha definido su decisión de compra; es tu obligación demostrar esos resultados, darles la satisfacción de conocer que es gracias a su inversión que se está generando el impacto que tu promueves a través de tus productos o servicios.
Para poder medir el impacto es importante definir tus objetivos, estos pueden ser como tu necesites que sean, que te funcionen y se adapten a tu negocio, pero que sean confiables. Para asegurarnos de eso debemos seguir simples lineamientos que se pueden resumir en S.M.A.R.T. Así de fácil, cada una de estas siglas te guiará posteriormente en la construcción de indicadores que te ayuden a medir y presentar el impacto que estar generando. Vamos a ver de qué se trata cada una de estas siglas. Tus indicadores deben ser útiles para ti, fáciles de medir y sobre todo comunicar efectivamente.
Entonces iniciemos por definir objetivos, en primer lugar, deben ser específicos, que tengas en claro a que nos estamos dirigiendo, por qué queremos a hacer y tengas en claro el nivel de detalle que esto conlleva. Tus objetivos deben ser además medibles, o mesurables, que puedas utilizar un indicador numérico o porcentual para saber que estás avanzando, que tu objetivo está cada vez más cerca.
Seguidamente, los objetivos deben ser asignables, tienes que definir quién se encarga de realizarlo, quién es responsable de alcanzar ese objetivo y su vez tomar en cuenta que tus expectativas con relación al objetivo sean realistas. Ojo con esto, no me refiero a que no sueñes en grande, de hecho, soñar en grande es una de las características mas maravillosas de un emprendedor; pero debemos mantener la mirada en el cielo y los pies sobre la tierra, paso a paso se pueden lograr grandes metas, pero tus objetivos deben ser realistas. Por supuesto estos no estarán escritos en piedra y cada cierto tiempo tus objetivos pueden cambiar y poco a poco apostarles a metas más desafiantes. Esto se alinea con la ultima sigla, el tiempo.
Tus objetivos deben ser dinámicos y una vez los cumplas te debes fijar nuevos, al fijarte una meta es muy importante que definas cuando esperas cumplirla, al establecer estos limites tendrás entonces mejor control de cómo estás avanzando hacia el cumplimiento de tu meta.
No nos olvidemos de que al final del día buscamos un negocio que sea rentable, pero podemos hacerlo y además generar un bien mayor que el propio. Y además de la satisfacción personal y profesional, esto es en realidad muy rentable sobre todo ahora con las tendencias mundiales más conscientes ambiental y socialmente. Y no se trata solo de productos ambientalmente responsables, puedes hacerlo también desde tus procesos y esto también resulta en mayor rentabilidad a mediano y largo plazo por que te vuelves mas eficiente y tus costos disminuirán. El emprendimiento de impacto es sin duda una relación ganar-ganar.
En mi experiencia, La Bendecida ha sido una verdadera aventura y ha sido la puerta de entrada para muchas oportunidades, para poder incluso representar a Guatemala a nivel internacional, y esto ha sido en gran parte gracias al impacto ambiental. Actualmente suma más de 500 hectáreas de bosque bajo protección, poder contar la historia de la apicultura como medio de vida sostenible mientras generamos ingresos no tiene limites ni comparación.
Pero hay historias aun más impresionantes, negocios que han crecido desde el “por ti y por mi” un ejemplo muy conocido son las zapatillas Toms con el famoso “buy one, give one” en Guatemala, empresas de alimentos como Pro-maní, Yummus y Paisano entre otras, contribuyen a la nutrición infantil. El emprendimiento es clave para el desarrollo económico, pero puede ser además la herramienta de solidaridad que haga un verdadero cambio, genere verdadero impacto.
Por: Andrea Fión Góngora
La Bendecida
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